Edgar Martínez había sido condenado en diciembre del año pasado, a estar privado de libertad pero en su propia casa. El Tribunal de Sentencia en ese momento entendió que el joven no vendía el producto, sino que lo regalaba a la gente que necesitaba.
“Fue un juicio oral magistral (…) en el que se demostró que no se trataba de narcotráfico ni que era usado con fines recreativos, sino con fines medicinales”, mencionó el acusado. El joven tuvo cierta fama por sus conocimientos sobre la planta del cannabis, luego de utilizar el aceite del mismo para tratar a su madre con cáncer. Esto motivó a que otras personas recurran a él.
El mismo reconoce que el uso de la planta está prohibido en nuestro país, pero que se arriesgó igual ante los buenos resultados de la misma para reducir el dolor. Cree que hizo lo correcto, al atender a otras personas que recurrieron a él. “Para mí el delito sería de omitir auxilio, teniéndole a gente en frente, pidiéndome ayuda, con dolor”, dijo.
No obstante, la Fiscalía ahora pide un nuevo juicio para Martínez, para juzgarlo por narcotráfico.