La chef Leticia Villalba sospechó, tras el reclamo de un cliente por la carne, que la misma era de mala calidad. El producto se había comprado del Frigorífico Concepción, por lo que realizó un análisis que confirmó que la carne no era apta para el consumo.
“La carne que nos había llegado al restaurant era imposible de cortar”, recuerda la mujer.
Con este resultado, solicitó a la firma el certificado del Senacsa sobre esa carne. Pese a requerirlo por la vía judicial, los documentos nunca aparecieron. Esto ocurrió en diciembre.
El dueño del frigorífico, Antonio de Lima, ya fue imputado junto a otras siete personas por el supuesto caso de contrabando de carne.