“Es difícil trabajar cuando no hay predisposición de la gente”, es una de las tantas lamentaciones de Nicolás Aguayo, titular del Senepa, quien destacó el desempeñó de la institución ante tantas adversidades sobre todo en el barrio Ricardo Brugada.
De cada 10 casas siete no reciben a los agentes del Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo quienes ya sufrieron casos de robo, maltrato, y hasta persecución. “Hace una semana estuvo rodeada la camioneta del Senepa, empezó a ser golpeada y tuvimos que retirarnos del barrio obligadamente”, manifestó Aguayo.
Si los casos de dengue no aumentaron de forma radical, se debe al trabajo que realiza el Senepa, sostuvo, mientras aseguraba que la situación no puede ser controlada en su totalidad porque la gente no colabora “cambiando su chip” ni tira la basura donde corresponde.
El 90% de las casas que reciben a los funcionarios se encuentra con criaderos de mosquito, detalló, explicando que en Paraguay se mediatizó las formas de prevenir el dengue pero aún así la gente hace caso omiso a las advertencias. “No creo que en el país no haya una sola persona que no sepa sobre el dengue ni como se evitan los criaderos”, sentenció.