“Si yo tengo alguna responsabilidad en algún delito, que se haga una demostración objetiva sobre los hechos”, expuso en comunicación con La Unión R800 AM. En este orden, aseveró que “se me acusa de tráfico de influencias, esto es, según la ley, que otro tome una resolución y que yo reciba una remuneración económica o un beneficio significativo”, agregando: “Díganme entonces qué resolución se tomó por mi influencia indebida, a quién le cobré y qué resolución quise sacar”. Por esta razón, el señalamiento en su contra calificó de “infantil”.
Aseguró que todas las acusaciones no tienen base en la ley y que la única intención en el Senado es perjudicarlo electoralmente.
Ferreiro aseguró que aquella vez que conversó con el ex legislador luqueño, audio que quedó grabado y posteriormente fue difundido públicamente, la charla solo se trató de una consulta acerca de un juez “para saber si es vendido”. “Hay montones de jueces y fiscales vendidos, vamos a dejarnos de macanear, yo estaba ayudándole a un colega al cual le amenazaban con sacarle su matrícula como venganza si ejercía bien la defensa de su cliente”, explicó, añadiendo que “yo estaba averiguando sobre este señor a quien no le conocía en ese sentido (al juez Rubén Riquelme) y digo más, estoy muy feliz porque recibí las mejores referencias de ese juez y no hizo falta ni siquiera que se le vaya a pedir que preste atención en el caso”.
Por último, el miembro de la Cámara Alta por Avanza País expresó: “Si el Senado entiende que procurar que en un caso alguien no quede en manos de un juez vendido, entonces soy ese delincuente y con gusto me retiro”.