El Ministerio de Salud informó a través de su cuenta que el uso de aguas recreativas (Piscinas y otras instalaciones) pueden representar riesgos sanitarios, aunque con el tratamiento adecuado y la vigilancia de la calidad del agua, estas se volverán más seguras.
Según informes emitidos a través de la OPS/OMS son varias las enfermedades transmisibles que se relacionan por lo general con los baños en aguas de recreo, como por ejemplo criptosporidiosis, giardiasis, legionelosis y gastroenteritis bacteriana y vírica.
Así también se estima que los bañistas sufren una cantidad importante de lesiones a la hora de utilizar estas aguas recreativas.
La prevención de lesiones, ahogamientos, los efectos tóxicos de los contaminantes químicos y los brotes de enfermedades transmitidas por el agua en las personas que nadan en aguas de recreo exige un esfuerzo sostenido, por parte de los propietarios y profesionales adecuados.
De igual forma, un gran número de personas utilizan las piscinas y los gimnasios en busca de recreación, rehabilitación, bienestar y otros beneficios para la salud. Entre estos se incluye a niños, los ancianos, embarazadas y las personas con inmunodeficiencias y discapacidades. Las personas que ejercen determinadas ocupaciones, como los profesores de natación, los profesionales de los deportes acuáticos y los gerentes de piscinas, también están expuestas a tales riesgos.
Finalmente se destaca en el informe que desde una perspectiva sanitaria mundial, es imperativo garantizar la seguridad de las instalaciones hídricas, no solo por las poblaciones residentes, sino también por los viajeros.
Ahora bien, disponer de medidas adecuadas de seguridad y saneamiento del agua no es la única prioridad. El agua es un bien escaso. La conservación de este recurso tan preciado y su utilización racional en las actividades recreativas exige una gestión correcta del agua en el contexto del desarrollo sostenible.