El Ministerio de Salud, a través de sus profesionales en nutrición, recomienda que luego de estas fiestas de Navidad y Año Nuevo, recomienda que se realice una pequeña dieta de desintoxicación que puede efectuarse por un lapso de dos días
La Lic. Claralina Mendoza, nutricionista, aconseja a la ciudadanía, consumir abundante frutas y verduras, y evitar en lo posible las frituras, de forma a prevenir el incremento de colesterol.
Mendoza también señala que el consumo excesivo de alimentos, -con alto contenido de grasas saturadas e hidratos de carbono-, además del incremento de peso puede generar que el nivel de, colesterol, triglicéridos y glucosa en sangre disparen abruptamente. Personas con diabetes y aquellas con antecedente de colesterol y triglicéridos altos pueden llegar a descompensarse, advierte la profesional. Misma recomendación va para personas sin ninguna patología o enfermedad de base.
¿Qué hacer si nos dimos una panzada?
Cuando nos damos una panzada, es decir, nos extralimitamos con el consumo de alimentos, el organismo se resiente. Este se manifiesta con flatulencias, disminución de la digestibilidad y estreñimiento.
Si esto te está ocurriendo, es recomendable llevar a cabo una dieta de desintoxicación, de manera a que el cuerpo se recupere del atracón.
Durante los días anteriores a la celebración de Año Nuevo incluya en su dieta diaria frutas y verduras, esencial para desintoxicar al organismo. Esto debe ir acompañado de una buena hidratación, para lo cual se aconseja beber entre 2 a 3 litros de agua durante el día y efectuar caminatas periódicas de entre 40 a 60 minutos.
Aprovechando frutas de estación
Entre las frutas se pueden utilizar las de temporada como la sandía que quita la sed, es diurético y desintoxicante; optimo integrador de vitaminas –en particular la vitamina C y por eso es un óptimo sustituto de los cítricos- y de las sales minerales que se pierden con el sudor.
También el melón puede ser consumido como entremés, este fruto favorece la disolución de jugos gástricos, aporta energía y su aporte calórico es insignificante; además de que contiene una notable cantidad de vitaminas, en particular la B y la C, y proteínas.
Las manzanas y peras ayudan a remover los residuos del cuerpo ya que contienen pectina, sustancia encargada de atraer las toxinas y de su posterior eliminación a través de la orina y heces.
Además de toda la vitamina C que contiene, el limón potencia la alcalinidad del cuerpo, lo que ayuda a balancear la acidez de las comidas que se consumen y así se conserva el equilibrio. Gracias a esto, el organismo desechará las toxinas que asimilamos por la dieta y el medioambiente de forma más efectiva
De la misma forma se exhorta al consumo de yogures y quesos frescos -no fermentados-, alimentos útiles para prevenir los disturbios intestinales del calor: un consejo clásico “mozzarela y tomate”.