Un centenar de heridos y decenas de impactos de balas suceden a la decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. El país de origen judío desplegó sus fuerzas de seguridad para callar a manifestantes palestinos que aparecieron en el este de la Ciudad Santa, Cisjordania y en límites del territorio de Gaza.
El ejército se ha desplegado para evitar la violencia, que ya se está desatando. Soldados y policías de fronteras han intentado dispersar disturbios de jóvenes que se movilizaban al grito de “Jerusalén es la capital de Palestina” granadas de gases lacrimógenos, balas recubiertas de goma y fuego real, según los informes recogidos por la Media Luna Roja Palestina
Por otra parte el movimiento radical Hamás, considerado yihadista, convocó a sus seguidores para iniciar una Intifada (rebelión musulmán) en defensa de Jerusalén. El temor a que se produzcan sangrientos enfrentamientos tras el llamamiento a la movilización popular ha crecido este jueves por las violentas protestas surgidas durante la huelga general convocada por partidos y organizaciones sociales palestinas.
La huelga tras la decisión de EE UU que reconoció a Jerusalén como capital de Israel, también ha sido sido apoyada por por los comerciantes de Jerusalén Este y de las grandes poblaciones palestinas, así como en las universidades y el resto de los centros educativos.
Sirenas antiaéreas han vuelto a sonar y han acrecentado la tensión en el sur de Israel. Dos cohetes lanzados desde Gaza han impactado cerca de la frontera en el interior de la Franja palestina.
Ya entrada la noche, la Fuerza Aérea israelí ha respondido con la medida de represalia habitual: bombardeos selectivos contra posiciones militares de Hamás, a pesar de que los lanzamientos de cohetes suelen ser atribuidos a las Brigadas Al Quds, la milicia de la Yihad Islámica o a grupos radicales salafistas cercanos al ISIS.
Fuente: El País.