Alejá el humo de tabaco de tu vida

La Dra. Cinthia Gauna, Oncóloga Clínica del Instituto Nacional del Cáncer (INCAN), describe la relación entre el tabaquismo y el cáncer: “Los cambios genéticos causantes de cáncer pueden presentarse durante la vida de una persona como resultado de errores que ocurren al dividirse las células o por exposición a sustancias que dañan el ADN, como ciertas sustancias químicas en el humo de tabaco”.

¿Qué hay de cancerígeno en un cigarrillo? 

“De siete mil compuestos químicos que se han identificado en el humo del tabaco en el ambiente, se sabe que, por lo menos, 250 son nocivos, como el cianuro de hidrógeno, el monóxido de carbono y el amoníaco”, detalla la Dra. Gauna.

Al menos 69 de los compuestos químicos tóxicos que están presentes en el humo de tabaco en el ambiente causan cáncer. Estos son: arsénico, benceno, berilio (un metal tóxico); cadmio, cromo (un elemento metálico); cloruro de vinilo, níquel (un elemento metálico) y óxido de etileno, refiere la profesional.

Los agentes cancerígenos del tabaco -apunta la oncóloga- “actúan en las diferentes fases de la carcinogénesis o proceso de transformación de las células normales en células cancerosas”.

Nicotina y dependencia 

El tabaquismo está definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad. La marca un rasgo: la dependencia física o adicción a una substancia particular, la nicotina. Gauna describe: “Al inhalar el humo del tabaco, la nicotina se absorbe muy rápidamente tanto en la mucosa de la boca (mucosa oral), como en los pulmones, desde donde pasa al aparato circulatorio distribuyéndose por todo el organismo.

En 7 segundos, la nicotina llega al cerebro, donde se une a los llamados receptores nicotínicos, produciendo un efecto placentero y gratificante para el fumador. Este es el mecanismo que desencadena la aparición de la dependencia del tabaco. Debido a esto, cuando un fumador deja de fumar, aparece un síndrome de abstinencia. La nicotina, por tanto, es la responsable de la adicción y el mantenimiento del hábito tabáquico”.

Aspirar el humo ajeno

El humo del tabaco no es sólo malo para quien lo fuma. “El humo que se aspira pasivamente, tiene muchos compuestos químicos que dañan al ácido desoxirribonucleico (ADN)”, finaliza la Dra. Gauna.

Estilo de vida saludable

Una mujer puede prevenir el cáncer de mama; es decir, puede reducir sus probabilidades de desarrollar la enfermedad, adoptando prácticas que son factores protectores contra el cáncer y otras patologías como la diabetes, la obesidad, la hipertensión arterial, las cardiopatías.

¿Cómo?

• No fumes;

• Realizá alguna actividad física diaria;

• Mantené una dieta rica en fibras y vegetales; comé moderadamente las carnes (en especial las procesadas) y las grasas;

• Controlá tu peso para evitar la obesidad; si tenés sobrepeso, buscá ayuda profesional para reducirlo;

• Consumí poco alcohol;

¿Por qué?

Porque distintos estudios muestran que el tabaquismo, el sedentarismo, la obesidad, la alimentación pobre en vegetales y excesiva en carnes y grasas son factores de riesgo de desarrollar un cáncer.

La detección temprana

La prevención del cáncer no es absoluta. Aun manteniendo un estilo de vida saludable, algunas mujeres desarrollarán la enfermedad. Los orígenes genéticos del cáncer de mama y otros determinantes individuales pueden hacer imposible su prevención. Lo bueno es que, si ese cáncer es detectado de forma temprana, la mujer tiene grandes oportunidades de tratamiento y curación.

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