Los esfuerzos para responder a los estragos causados por el huracán Harvey han sobrepasado ampliamente las estimaciones iniciales de asistencia. La Casa Blanca pedirá a Congreso fondos para unas 100.000 casas afectadas y el gobernador de Texas, Greg Abbott, reforzó este jueves el despliegue de la Guardia Nacional en el estado, sumando 10.000 personas a un total de 24.000 efectivos en terreno. Hasta ahora más de 30 personas han muerto. El presidente, Donald Trump, se ha comprometido a donar un millón de dólares de su fortuna personal a los afectados por este desastre.
Aunque millones de residentes en Houston y sus suburbios ya han comenzado a respirar con más tranquilidad, el peligro de nuevas inundaciones aún no ha pasado. “Hay una creciente amenaza para los residentes, ya que el cauce del Río Brazos continúa subiendo. Le pedimos a todos que se muevan con extrema precaución y que respeten las órdenes de evacuación”, detallaron en la información distribuida al público por el condado de Fort Bend —uno de los más afectados por el paso de Harvey, junto con Harris.
Además de la Guardia Nacional, el estado está trabajando en coordinación con diferentes ramas de las Fuerzas Armadas estadounidenses para mitigar los crecientes daños ocasionados por la tormenta. “Hay muchos desafíos que permanecen en la estela de un huracán devastador, pero nos aseguraremos de tener los recursos necesarios para responder”, aseguró Abbott.
La mañana del jueves las autoridades del condado emitieron nuevas órdenes de evacuación obligatoria para varias de las zonas que ya fueron inundadas. Funcionarios locales explicaron que la razón era para mantener la seguridad de las viviendas y evitar robos, sobre todo en los vecindarios cercanos a la represa Barker.
“No queremos que los residentes regresen a las áreas inundadas. Si no puede manejar hasta su casa, entonces no vaya”, dijo Jeff Lindner funcionario del Control de Inundaciones del Condado de Harris, en Houston.
En el lado de la otra represa, Addicks, Lindner detalló que probablemente las zonas inundadas quedarán así por varias semanas.
En paralelo U.S. Army Corps of Engineers continúa fluctuando la liberación de agua de ambas represas. Entre las proyecciones que han entregado al público, aseguraron que si no llueve, demorarán meses en liberar el exceso de agua en ambas represas.
Otro de los problemas que está enfrentando Houston ahora son las enfermedades causadas por el agua sucia, además de la salud mental de la población afectada por la tragedia.
Mientras los rescates de personas continúan en curso, autoridades estatales activaron el enorme engranaje necesario para iniciar la reconstrucción. Abbott envió una carta a los jueces de los condados de Texas donde explicó los beneficios elegibles para las diferentes áreas afectadas. Debido a que Texas recibió la declaración presidencial para desastres, se activan una serie de beneficios gubernamentales.
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) está recibiendo miles de aplicaciones de damnificados y ya ha organizado una reunión con residentes de Houston para el 7 de septiembre.
FEMA ya comenzó a asignar ayuda financiera para necesidades básicas como comprar comida y agua. Además activó asistencia para vivienda temporal hasta el 25 de septiembre.
Con información de EL PAÍS.