Cataluña, y Barcelona en particular, constituyen el mayor centro de radicalización yihadista en España.
El ataque del jueves 17 de agosto en Barcelona -que dejó 13 muertos y más 100 heridos- y el de Cambrils -en el que cinco atacantes fueron abatidos por la policía y una transeúnte murió- puso de relieve un hecho que hacía tiempo que era conocido por las fuerzas de seguridad españolas.
“Cataluña es la zona en la que los procesos de radicalización detectados han sido más rápidos, y cuya comunidad islámica se caracteriza por ser la más radical y con más vínculos con otros extremistas de Europa”, destaca el Informe Anual sobre Seguridad Nacional de 2016, elaborado por el gobierno español.
Esta consideración ayuda a entender el contexto en que tuvieron lugar los últimos atentados.
Pasado yihadista
De los 113 detenidos en España entre 2013 y 2016 por actividades relacionadas con el autodenominado Estado Islámico, más del 27% se produjeron en Barcelona, 30% en el conjunto de Cataluña, según un informe elaborado por el Real Instituto Elcano, uno de los principales centros de estudios estratégicos del país.
Ceuta y Melilla, ciudades españolas en el Norte de África, y Madrid, siguen a la capital catalana como principales escenarios de la radicalización yihadista en España.
La presencia de Cataluña como un lugar relacionado con las actividades yihadistas se remonta no obstante a años atrás. La lista de sucesos de este tipo en este territorio es larga.
“Una de las reuniones preparatorias de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York tuvo lugar en Cataluña“, apunta en diálogo con BBC Mundo Ignacio Álvarez Ossorio, profesor de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante.
Tras los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, que dejaron 192 víctimas mortales, los huidos pasaron por Santa Coloma de Gramanet, una localidad de la periferia de Barcelona.
En 2008, las fuerzas de seguridad frustraron un plan para atacar el metro de Barcelona en el que fueron detenidas 10 personas vinculadas con el Movimiento de los Talibanes de Pakistán.
“Aquello alertó a la policía de que esto podía suceder en Cataluña. Empezaron a prepararse y, en cierto modo, estaban esperando algo así”, le dice a la BBC el profesor Peter R. Neumann, director del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización y la Violencia Política de la Universidad King’s College de Londres.
“Barcelona había sido un centro de radicalización y de predicadores salafistas desde hace años”, añade.
Desde 2012, en Cataluña se desarrollaron 30 operaciones contra actividades yihadistas.
Foco de radicalización y salafismo
Las razones de la implantación de este tipo de organizaciones en Cataluña son diversas.
“Una de ellas es que este territorio cuenta con una de las comunidades musulmanas más importantes de España. También influye la proximidad con Francia. En Cataluña existen grupos radicales magrebíes (procedentes del Norte de África) bien conectados con EI o al Qaeda que han movilizado a combatientes. En otras ocasiones ofrecen refugio a militantes y se establecen como puente con Siria e Irak”, señala Álvarez Ossorio.
El perfil de los detenidos en España vinculados a EI descrito por el Real Instituto Elcano señala que un 45,3% de ellos son españoles, un 41,1% marroquíes y un 13,6% de otras nacionalidades.
“Se caracterizan ante todo por ser hombres jóvenes, casados y con hijos, tanto españoles como marroquíes, en su mayoría con estudios secundarios y cuya tasa de desempleo es similar a la de la población española en su conjunto. No es inusual que tengan antecedentes penales. Si bien de ascendencia musulmana, su conocimiento del Islam y de la sharía o ley islámica suele ser elemental“, apunta el informe Estado Islámico en España, elaborado por los investigadores Carola García-Calvo y Fernando Reinares.
Cerca de la mitad de estas personas pertenecen a segundas generaciones descendientes de inmigrantes de países mayoritariamente musulmanes, según la misma fuente, y gran parte de ellos se radicalizó a partir del auge de EI en 2013.
En este proceso de radicalización, la aceptación de los preceptos del salafismo, una versión radical y en ocasiones violenta del Islam, resulta fundamental.
En este sentido, más de la mitad de las congregaciones salafistas de España se encuentran en Cataluña, según escribió Fernando Reinares, uno de los mayores expertos en yihadismo en España, en un artículo publicado en el diario El país.
Por internet
Pero esta no es la única vía de radicalización. Cerca de un 35% de los detenidos en España por vínculos con EI se inició en ese proceso “básicamente online”, mientras que en torno al 40% combinó internet con relaciones personales en su entorno.
“Se produce a menudo a través de allegados y familiares, entre otras razones porque esa es la mejor manera de evitar la infiltración de las fuerzas de seguridad. Por tanto, en muchas ocasiones, ese proceso se lleva a cabo a través de grupos muy pequeños que necesitan muy pocos recursos“, indica Álvarez Ossorio.
Sin embargo, el profesor destaca la “mayor complejidad” del ataque en Cataluña -que involucró a varios atacantes y que afectó a localizaciones diversas- en comparación con otros atentados acaecidos en Europa en los últimos meses.
“Hemos visto a EI reivindicar ataques que no habían organizado. Un atentado de esta envergadura en cambio, podría haber tenido el visto bueno de EI”, señala.
La elección de Barcelona -y del popular paseo de Las Ramblas- como escenario de un ataque de estas dimensiones no fue casual desde el punto de vista organizativo. Tampoco desde el del impacto mediático. Entre las víctimas se encuentran personas de 34 nacionalidades.
“Se sabía de la intención de perpetrar un ataque en Barcelona. Es una ciudad con mucho interés desde el punto de vista internacional y lo que buscan los atacantes en estos casos es un altavoz, que los medios de comunicación se centren en ese atentado. Barcelona tenía todos los números en las quinielas para un ataque de esta envergadura”, asegura Álvarez Ossorio.
Con información de BBC MUNDO.