Más de 200 jinetes y amazonas, en compañía de sus fieles caballos, se congregaron en la siesta de este domingo en la basílica de la Villa Serrana.
Para esta marcha utilizaron sus corceles para llegar junto a la Virgen y agradecerle por otro año de trabajo y pedirle que siempre les ampare y proteja.
Además, depositaron a los pies de la madre celestial algunas bolsas de víveres, para que las autoridades religiosas dispongan de ellas y las distribuyan de acuerdo a las necesidades que ellos crean convenientes.
Esta es la 12ª peregrinación que realizan anualmente