El problema se da cuando esa relación de amistad entre especies llega a exagerarse con personas que ven a los canes no sólo como un amigo, sino “hijos” y toda la atención está dirigida a ellos, al grado de que luego están demasiado consentidos y no los dejan ser justo lo que son: perros.
Expertos aseguran que muchas veces las personas creen que tener ciertas actitudes cariñosas benefician a los animales, pero existe la posibilidad de que se cause estrés a las mascotas.
Algunas de las situaciones más habituales que generan ansiedad y estrés en nuestros perros son las siguientes:
Miedo a los sonidos fuertes
La gran mayoría de las personas sabemos que los perros cuentan con un gran sentido del olfato y oído, pero es este último el que suele afectarlos más debido a ciertos comportamientos humanos. Ruidos estridentes y repentinos pueden provocar ataques de pánico en el perro.
El ruido es uno de los estímulos que más ansiedad suele causar en los perros; por ejemplo, los productos de pirotecnia asustan mucho a los perros ya que el can no asocia el estruendo de la pirotecnia con una causa conocida y se asusta.
La exposición gradual a sonidos cuando el perro es cachorro, es la manera de que el can aprenda a controlar su miedo.
Llevar a la mascota de paseo con la familia
A veces tenemos la posibilidad de salir de paseo, ya sea sólo a la tienda de la esquina o más lejos, por lo que tenemos ganas de estar acompañados de nuestro fiel can. El problema es que no entendemos que los trayectos en coche, avión, tren o barco suponen para algunos perros situaciones de estrés durante el viaje.
La razón es que a menudo el perro asocia el viaje en coche con experiencias negativas, como acudir al veterinario o marearse. En cuanto a los traslados en otros medios de transporte en los que el perro debe separarse del dueño, como el avión o el barco, la situación de estrés y nerviosismo pueden ser peores.
Expertos veterinarios aseguran que una solución es que el dueño ayude a contribuir a que el can esté más tranquilo durante el viaje, puede ser con una actitud relajada para que el perro asocie los trayectos con experiencias positivas.
¡Es hora de ir al veterinario!
La pregunta aquí es: ¿a cuántos de nosotros nos gusta ir al doctor? Es necesario, sí, pero preferiríamos ir a otros lugares que no fuera con el médico.
Esto mismo pasa con nuestros amigos los perros, ya que la consulta veterinaria es un lugar que genera estrés y ansiedad porque el can lo asocia con experiencias desagradables y dolorosas.
El premio al autocontrol del perro frente al estrés que le genera la situación, una galleta o cualquier otro refuerzo positivo, es lo más recomendable para motivar al can para frenar la ansiedad.
Abrázame muy fuerte amor…
¿Quién no ha suspirado al ver un hermoso perro con ojos grandes y un gesto de ternura? El reflejo automático del ser humano ante eso es un “Ahhh”, seguido de un abrazo.
El problema se da cuando confundimos a nuestro perro con un peluche, ya que por lo general los canes no disfrutan de los abrazos que los apachurran. Claro, depende de la personalidad del perro, pero, por lo general, ni siquiera a las personas nos gusta sentirnos prisioneros y que invadan nuestra privacidad.
Es importante un contacto con el perro, pero no confundamos a nuestra mascota con cualquier muñeco.
Hogar, estresante hogar
El estrés ambiental en la familia humana genera en el perro cierta ansiedad y nerviosismo; esto se debe a que la tensión en el entorno influye en cómo el animal se enfrentará a las situaciones de estrés.
Veterinarios aseguran que si los dueños se muestran serenos ante determinadas situaciones, estos le transmiten la misma actitud a su can.
Con información de Cultura Colectiva