Cuando la noticia de la muerte de uno de los actores cómicos más destacados de América se hizo pública, se apagó la luz de una leyenda del cine: Gene Wilder. Recordado especialmente por actuaciones en filmes de Mel Brooks y del clásico “Willy Wonka y la fábrica de chocolate”. Murió a los 83 años luego de tener algunas complicaciones por la enfermedad de Alzheimer que padecía.
La regla de oro para su comedia era simple: no trates de hacer que sea divertido, trata de hacerlo real. “Soy un actor, no un payaso”, dijo en más de una ocasión. Perteneciente al Hollywood clásico, Wilder se destacó algunas veces por emitir polémicas declaraciones sobre el cine y el estado de la comedia contemporánea, en la que evidenció la falta de ideas de la industria del nuevo milenio.
Hablar de Wilder es hablar de un actor consumado en el escenario al igual que como guionista, novelista y director de cuatro películas que él mismo protagonizó.
Hizo su debut en el cine en 1967 en el drama criminal “Bonnie y Clyde”, protagonizado por Faye Dunaway y Warren Beatty. En la cinta tiene un simpático cameo en el que es secuestrado por los dos protagonistas. Aunque mucho más memorable es su actuación en “The Producers”, su primera colaboración con Brooks; la historia se convirtió más tarde en un éxito de Broadway.
Fue nominado a un Globo de Oro por su actuación protagónica en “Willy Wonka y la fábrica de chocolate” en 1971. Aunque la película fue una decepción de taquilla, en su tiempo se pensó que la historia del escritor Roald Dahl era muy oscura para las audiencias infantiles. Posteriormente, se convirtió en un filme de culto y Willy Wonka aún es uno de los papeles con los que más se recuerda al Sr. Wilder.
Otras de sus películas más populares son “Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y no se atrevió a preguntar” de Woody Allen; “Blazing Saddles”, una lasciva parodia western y “Young Frankenstein”, ambos dirigidos por Mel Brooks.
Wilder concibió la idea de “Young Frankenstein” al imaginar una comedia en blanco y negro fiel a la apariencia del monstruo de Boris Karloff. El actor interpretó el clásico personaje de Igor y coescribió el guión junto a Brooks. La película recibió una nominación al Oscar por Mejor Guión Adaptado.
Su vida también estuvo marcada por la tragedia, como la historia de amor que vivió con la comediante de Saturday Night Live, Gilda Radner. Estuvieron casados cinco años en la década de los 80 y el matrimonio duró hasta la temprana muerte de la actriz en 1989.
Gilda sufrió dos abortos antes de continuar con una gripe persistente, luego de distintos errores de diagnóstico, en octubre de 1986 le descubrieron un cáncer ovárico.
A pesar de someterse a una histerectomía, el cáncer se había extendido al hígado y al intestino de Radner; prosiguieron nueve rondas de quimioterapia y 30 tratamientos de radiación hasta que finalmente murió. Wilder permaneció siempre a su lado durante todo el proceso.
El actor puso en marcha el Club de Gilda en 1995, un centro en Nueva York que estuvo destinado a dar apoyo a pacientes con cáncer y sus familias.
Gene Wilder, retirado del cine desde 1999, dejó un amplio legado para la comedia internacional, y su pérdida fue otro grillete que nos dejó aún más lejana la época en la cual el arte cinematográfico tenía intereses muy distintos como industria. Gene defendió a capa y espada su trabajo, y nos legó una colección de cintas que lo inmortalizaron para siempre.