Por otro lado, en el cine, ocurre prácticamente lo mismo; sin importar cuántas películas con temática amorosa aparezcan en las carteleras, siempre vamos a remitirnos a trabajos anteriores para entender e incluso calificar los filmes emergentes que, a pesar de que aparentemente no presentan nada nuevo, logran atraparnos como si estuviésemos viendo algo de esa naturaleza por primera vez. Regresando a la década de los noventa, la industria cinematográfica durante este periodo se enfocó en explotar dos grandes ramas del cine: la acción y el romance, de la primera nacieron cintas que, aunque memorables, hoy nos parecen absurdas por la carga de efectos especiales en su realización.
Lo que pasa con las películas románticas, por otro lado, es algo curioso. Muchas de ellas siguen encantándonos de principio a fin pues, por extraño que parezca, nos hacen creer que es posible encontrar el amor de la misma manera que los protagonistas. Apenas como una muestra de ello, aquí hay algunas de las películas que se robaron el corazón de la audiencia durante esta década.
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“Algo para recordar” (1993)
Nora Ephron
Hay veces en las que simplemente te das cuenta de que acabas de encontrar el amor. No importa si la otra persona no lo sabe, en algunas ocasiones eso es lo más interesante de sentir afecto por alguien. Sólo basta con conocer la historia de Annie quien, después de escuchar a un hombre abrir su corazón en un programa de radio; decide ir a Seattle para buscar a quien, en su opinión, podría ser la persona de sus sueños.
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“Los amantes del círculo polar” (1998)
Julio Medem
Al parecer los noventa fueron la época en que los amores nacidos de la coincidencia tuvieron más relevancia que de costumbre. En esta película los protagonistas se juntan y se separan constantemente; a pesar de ello, el lazo afectivo que los une es mucho mayor que el que podría superar cualquier encuentro casual. Los elementos distintivos en las películas de Medem nos muestran cómo la vida y la muerte, el destino y el círculo de la existencia pueden llevarnos a paradojas irreconciliables.
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“Cyrano de Bergerac”(1990)
Jean-Paul Rappeneau
Rappeneau llevó a la pantalla la famosa obra de Edmond Rostand en donde dos hombres se disputan el amor de la bella Roxana; sin embargo, quien más posibilidades tiene de concretar su romance debido a su inteligencia, es un sujeto con una nariz gigante –vista como sinónimo de fealdad–. Las acciones que éste toma con el fin de acercarse a su amada son las que nos harán sentirnos totalmente seguros de que el amor incondicional sí existe.
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“Titanic” (1997)
James Cameron
Han pasado 20 años… Desde la aparición del trailer de esta película, todo mundo supo que iba a ser uno de los más grandes éxitos taquilleros de la década y con toda razón, una historia de amor combinada con uno de los accidentes navales más sonados del siglo XX. Hasta hoy, pocas son las personas que no se sienten identificadas con los personajes de esta trama o que buscan un amor como el que hay entre ellos.
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“La bella y la bestia” (1991)
Gary Trousdale y Kirk Wise
No es gratuito el hecho de que Bill Condon haya decidido realizar una versión en live-action de este clásico animado. Explotar la nostalgia, pero sobre todo el sentimiento que florece entre Bella y Bestia, es algo que simplemente no se podía dejar pasar; se trata de una de esas historias en las que el amor puede vencer cualquier impedimento y no sólo eso, sino que es capaz de volver indefensa incluso a la persona más dura.
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“Los puentes de Madison” (1995)
Clint Eastwood
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“Mujer bonita” (1990)
Garry Marshall
A pesar de los años, el soundtrack de este film es inconfundible; sin embargo, lo que realmente debe admirarse es la forma en la que esta historia protagonizada por Julia Roberts y Richard Gere sigue encantado a todo aquel que la ve; aunque se trata del típico discurso de que el amor puede cambiar la perspectiva de cualquier persona, el tratamiento que Marshall le da a este tópico es lo realmente hace interesante su trabajo.
Fuente: Cultura Colectiva