La muerte de un ser querido o amigo común es capaz de crear en las redes sociales unos vínculos más fuertes entre aquellas personas que sufren la pérdida, según apunta un reciente estudio llevado a cabo por Facebook en colaboración con la Universidad de California en San Diego (EE. UU.) y que acaba de publicar la revistaNature Human Behaviour. Incluso dos años después del fallecimiento, los amigos y conocidos de esa persona guardan un contacto más estrecho entre ellos que antes de que este se produjera.
Para llevar a cabo el estudio, se analizaron en Facebook las estadísticas anónimas de más de 15.000 grupos de amigos que habían perdido a alguien conocido y las compararon con 30.000 redes similares en las que no se había producido ninguna muerte. Midieron la interacción contando los comentarios, las publicaciones y el etiquetado de fotos que llevaban a cabo –lo que no analizaron fue el contenido de los mensajes–.
Los investigadores estudiaron a los amigos cercanos de la persona fallecida –aquellos con los que había interactuado como mínimo en sus últimos seis meses de vida– y tomaron nota de cuánto interactuaban esos amigos con diferentes tipos de personas: buenos amigos también del difunto y conocidos menos cercanos –que no se habían puesto en comunicación con el fallecido en los últimos seis meses–.
Un 30% más de interacciones
Nada más producirse la muerte de la persona, en ese mismo mes, los mejores amigos del difunto interactuaron entre sí aproximadamente un 30% más de lo habitual, y con los que solamente eran conocidos de la persona fallecida, un 15% más. Esa intensidad en la comunicación de amigo-amigo fue desapareciendo durante el año siguiente y en el caso de amigo-conocido en solo unos meses.
Sin embargo, incluso transcurridos dos años desde el fallecimiento de la persona, en ambos casos se registró que las interacciones en los grupos de amigos que habían perdido a alguien eran un 3% más altas que en aquellos que no habían perdido a nadie.
“Lo que sorprende es que dure tanto tiempo”, explica William Hobbs, sociólogo de la Universidad Northeastern de Boston, que lideró este trabajo en la Universidad de California en San Diego, en colaboración con Moira Burke, analista de datos en Facebook.
También detectaron que no todas las muertes producían el mismo efecto: las interacciones eran más habituales cuando la persona había fallecido debido a un cáncer o cuando había sufrido un accidente; y menos frecuentes cuando las causas de la muerte eran el suicidio o las enfermedades de transmisión sexual, entre otras.
Fuente: Muy interesante. es