No es para menos; la Organización Mundial de la Salud ha recalcado en varias ocasiones que disminuir el consumo de bebidas azucaradas reduce considerablemente el riesgo de padecer sobrepeso, obesidad, diabetes y caries dental, además de todas las enfermedades derivadas de estos malos.
Desafortunadamente, sustituirlas con bebidas light puede traer consecuencias negativas que hasta ahora eran insospechadas para los investigadores: sus efectos a largo plazo podrían reflejarse en el cerebro, provocando Alzheimer.
*Vía: Mientras tanto en México.
Anteriormente en la revista especializada Alzheimer’s & Dementia se publicó un estudio en donde se afirmaba que las personas que toman más de dos bebidas azucaradas al día o más de tres refrescos gaseoso a la semana tenían un menor volumen cerebral y un hipocampo encogido; el hipocampo es la parte del cerebro que está vinculada a la memoria.
Ahora, el mismo equipo de investigadores de ese estudio, liderados por Matthew Pase, publicaron un trabajo en la revista Stroke en donde revelan que las personas que acostumbran consumir diariamente bebidas “light” o bajas en calorías tienen un riesgo tres veces mayor de padecer a Alzheimer, mientras que aquellos que consumen como máximo tres de estas bebidas a la semana corren el riesgo de sufrir un ictus al menos una vez en sus vidas.
En entrevista para el diario ABC, Matthew Pase explicó que los efectos perjudiciales en el cerebro causados por las bebidas azucaradas y dietéticas no tienen que ver con la presencia de enfermedades preexistentes en las personas que acostumbran consumir este tipo de productos, como patologías cardiovasculares, diabetes o hipertensión arterial.
*Vía: Alzheimer Perú.
“Las personas que consumen refrescos light de forma más habitual también son más proclives a ser diabéticos, situación que se cree aumenta el riesgo de demencia”, explicó Pase. “Sin embargo, incluso tras excluir a la población diabética del estudio observamos que el consumo de bebidas light seguía asociándose con el riesgo de Alzheimer”.
En el estudio también se añade que durante la investigación no se diferenció a ningún tipo de edulcorantes artificiales y aunque han presentado varias hipótesis sobre cómo estas sustancias pueden dañar desde la transformación de las bacterias intestinales hasta la alteración de la percepción cerebral de lo dulce, recalcan que necesitan más estudios para saber cómo estos efectos se transforman en Alzheimer.