Hace cien años, apareció por primera vez la imagen que se convertiría en uno de los referentes culturales y de identidad de los Estados Unidos: el Tío Sam. Era abril de 1917 y Washington le había declarado la guerra a Alemania, en lo que fue su implicación formal en la Primera Guerra Mundial.
Como una estrategia para atraer la atención de futuros soldados, el ilustrador James Montgomery Flagg tuvo la tarea de crear un afiche que fuese lo suficientemente efectivo en su mensaje. Así fue como dibujó a un hombre canoso, con una larga chiva y el ceño fruncido que apuntaba con el dedo. “Te quiero A TI en el Ejército de los EE.UU.”, era el lema del póster que pretendía fomentar el patriotismo entre los ciudadanos en tiempos de guerra. La figura del hombre que llevaba puesto un sombrero de copa con estrellas le daba forma al “Tío Sam”, la personificación nacional de los Estados Unidos desde 1812.
El personaje mítico era Samuel “Sam” Wilson, un carnicero que entregaba alimento envasado en barriles a los soldados desde la ciudad de Troy (estado de Nueva York) durante la guerra anglo-estadounidense. Una versión del afiche volvió a utilizarse durante la Segunda Guerra Mundial. En años siguientes, fue adaptado con otros mensajes, sobre todo como protesta y crítica al imperialismo norteamericano.
El Tío Donald cumple tres meses
En 2006, el afiche del Tío Sam estaba apostado en la entrada del señorial edificio del Consejo de Seguridad Nacional pegado a la Casa Blanca. Era todavía bajo la Administración Bush (hijo) y la mirada inquisidora seguía interrogando: “Estamos en guerra. ¿Estás haciendo todo lo que puedes?” Se desconoce si sigue allí apostada, pero sí es evidente que el presidente Donald Trump resolvió celebrar sus primeros tres meses- y el centenario del Tío Sam-, actualizando las guerras contra el “eje del mal” -Siria, ISIS, Corea del Norte-, a tambor redoblante.
Con información de Clarín.