Dicen que ciertas personas nacen con un gusto exigente y su misma naturaleza les pide estar en contacto con obras de alta calidad. Debido a esta necesidad, han invertido cientos de horas para conocer historias de todo tipo y, con el tiempo, su gusto se hizo refinado. Estos seres —que el espectador común califica como exquisitos—, se fijan en el tratamiento de los personajes, el guión, la fotografía y hasta el más mínimo detalle.
Para tratar de complacerte, tú que eres un intenso del cine (de otra forma no hubieras sentido empatía con un título tan ostentoso), se te presentan algunas películas que destacan por su belleza cinematográfica, es decir, cuentan con un tratamiento increíble que las convierte en un producto único, reflexivo y propositivo.
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“The Tribe” (2014), Myroslav Slaboshpytskiy
El trailer de “The Tribe” es contundente: “En esta película no hay subtítulos o voz en off, porque para el amor y el odio no hace falta traducción”.
Un chico ingresa a una escuela para sordomudos, pero más que estudiar, se dedica a lidiar con una organización estudiantil violenta que se hace llamar “La Tribu”. Quizá el problema más grande no sea convivir con otros adolescentes marginados, sino enamorarse de una mujer de dicho clan.
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“La grande belleza” (2013), Paolo Sorrentino
La premisa de Sorrentino se resume en una oración: el ocio puede liberar las pasiones más salvajes del hombre. “La grande belleza” es una sobrecarga pura de sensualidad, riqueza, extrañeza y tristeza que se asemeja al clásico filme de Fellini, “Boccaccio 70”. La diferencia es que en el trabajo de Sorrentino se apremia una angustia muda por estar llegando a la tercera edad, la última etapa del humano.
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“A Girl Walks Home Alone at Night” (2014), Ana Lily Amirpour
La primer película iraní sobre vampiros, tal y como se conocen en Occidente, con una excelente fotografía y filmada en su totalidad a blanco y negro. Tétrica, romántica y con un toque de humor sutil, este largometraje se posicionó rápidamente como un clásico del cine de Medio Oriente.
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“Ida” (2013), Paweł Pawlikowski
Ida, una novicia en Polonia de 1960, emprende un viaje en busca de su identidad, antes de tomar sus votos religiosos, que la lleva a encontrarse con su tía. Ella le revela un gran secreto, el cual la dirige a una lucha por encontrar la verdad. Aunque es una historia excelsa sobre la búsqueda de identidad y raíces, lo que se lleva la más grande ovación es la fotografía. Filmada en blanco y negro, nos envuelve en el ambiente frío del invierno a través de encuadres poco comunes pero expresivos. Cabe señalar el manejo de la gran narración melancólica y desesperanzadora, que gracias a su ritmo hipnótico logra tocar nuestras fibras menos sensibles.
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“Stockholm” (2013), Rodrigo Sorogoyen
La cinta inicia en una fiesta cualquiera en una ciudad cualquiera. Un chico ve a una linda chica, le gusta, la desea, se acerca a ella y le dice: “Estoy enamorado de ti”. ¿Les suena conocida esta historia? “Stockholm” (2013), del director español Rodrigo Sorogoyen, permite hacer un análisis sobre las relaciones de pareja y los trastornos mentales de las personas a partir del relato de una pareja en apariencia normal.
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“Una separación” (2011) , Asghar Farhadi
La historia habla de un matrimonio que se separa, no por falta de amor, sino por situaciones que parecen no tener arreglo. La esposa se va con sus padres y la hija decide quedarse con Nader (el esposo) y su abuelo. Las circunstancias llevan a Nader a contratar a una mujer que se encargue de su padre, aquí inicia otro problema que explota todas las situaciones presentes, en las cuales la niña se ve envuelta e inicia a forjar un carácter de manera implacable.
Los actos insignificantes pero bien planteados en el guión, se van acumulando hasta llevar a los personajes al límite, los cuales tienen que guiarse por la razón para poder enfrentar las fábulas morales presentadas. Manejando la dosificación de información, clásica del thriller, utilizando la elipsis y agregando puntos de vista distintos de los personajes, logra mantener una alta tensión en el espectador.
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“Leviathan” (2014), Andrei Zvyagintsev
Al norte de Rusia, en el mar de Barents, se cuenta la historia de Koyla, quien vive con su hijo y su segunda esposa. La espiral de intrigas y drama inicia cuando el alcalde del pueblo quiere quitarle su casa. Esto lo llevará al límite cuando se sumerge en una lucha por su hogar. “Leviathan” nos llena de un gran contenido simbólico, mostrándonos la condición humana en su decadencia y también en la grandeza; es como un un viaje espiritual que nos hará reflexionar sobre los valores de la familia, la patria y la justicia.
Al mismo tiempo, se recalca una crítica a la ley y su afán por proteger a líderes corruptos y olvidar a los ciudadanos.
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“Victoria” (2015), Sebastian Schipper
Rodada en un único plano secuencia, el filme tiene como escenario el famoso barrio berlinés de Kreuzberg. La cámara es testigo de todo lo que le pasa a la joven Victoria, una española que trabaja en una cafetería de Berlín, durante dos horas de su vida. La historia inicia a las 4 de la mañana, cuando ella va saliendo de un bar y conoce a cuatro jóvenes alemanes. El encuentro tiene un aura de inocencia, podría decirse que hasta romántico, pero todo cambia de golpe. Victoria es conducida hasta la oscuridad. ¿Es posible que la vida pueda encaminarse hasta la destrucción en tan sólo dos horas?
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“The High Sun” (2015), Dalibor Matanic
Matanic nos presenta las dificultades sociales que padecieron los habitantes de Croacia y Serbia mientras se independizaban de Yugoslavia. En un ambiente hostil, donde reinaba el olor a revolución y sangre, se desarrollan tres historias de amor prohibido y combativo. Cada anécdota muestra las diferentes etapas de la guerra, mientras que los protagonistas buscan saciar sus pasiones. Se destaca la fotografía gracias a los hermosos paisajes que predominan en la zona. El guión está creado de tal forma que mientras el espectador disfruta del romance, conoce una de las etapas históricas más importante de la región de los Balcanes.
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“El secreto de sus ojos” (2009), Juan José Campanella
Hay etapas donde los estilos se vician y es difícil romper con los hábitos. Así pasó durante mucho tiempo en el género del drama, hasta que llegó José Campanella, director que presentó una historia retorcida de trastornos y obsesiones. Esta increíble película goza de un guión que parece haber sido escrito por la pluma de Hitchcock, pero combinado con la modernidad; una ruptura y el inicio de un nuevo estilo para el cine argentino y latinoamericano.
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Fuente: Cultura Colectiva