EL PARTIDO. Paraguay saltó al campo de juego con la idea de dejarle a Argentina la pelota pero presionando en tres cuarto de cancha. Durante el arranque, gracias al orden táctico albirrojo, la Albiceleste no generó jugada alguna de gol.
La solidaridad guaraní a la hora de la marca se notó. Lionel Messi no logró inspirarse y Roque Santa Cruz perdonó el primer gol a los cinco minutos tras el pase de cabeza de Nelson Haedo. Javier Pastore fue el encargado de dar el primer remate argentino que fue a parar a las manos de Justo Villar.
GOLES. Sin hacer mucho, el tanto apertura fue argentino mediante un balón parado cuando el reloj marcaba el minuto 14. El tiro de Messi no pudo ser despejado, quedó en el área albirrojo y Marco Rojo envió la pelota al fondo del arco. Rápidamente, Édgar Benítez intentó la reacción albirroja pero no prosperó.
Con faltas paraban el atrevimiento de Derlis González y lo dejaron fuera del partido a los 25′. Como si de una película de terror se tratara, una asistencia de Messi terminó en el gol de Pastore a los 26′ que poco antes había desperdiciado una clara chance Y minutos después, Santa Cruz también se retiró lesionado.
Pese a la situación desfavorable, las ganas albirrojas no desaparecieron; Argentina marcó la diferencia en la definición; Paraguay tuvo un par de remates desde fuera del área que no encontraron las redes; Paulo Da Silva empujó desde atrás y de a poco la Albirroja se fue instalando en territorio argentino.
DESCUENTO. El premio al esfuerzo albirrojo llegó con un zurdazo de Lucas Barrios a los 42′. Bruno Valdez se anticipó y ganó una pelota en la mita de la cancha que fue recepcionada por el delantero guaraní que aprovechó la desatención de la defensa argentina.
El gol dio vida al cuadro paraguayo que siguió pensando en el empate. Mediante una gran jugada de Valdez, Raúl Bobadilla recibió la pelota en el área y lo hizo viajar a Nicolás Otamendi con un enganche, desde una posición incómoda, pero ideal para cruzar el balón, decidió terminar la acción con un misil. Para la tranquilidad argentina, terminó la primera mitad.
COMPLEMENTO. Nuevamente la calidad albiceleste en el área se hizo sentir en el inicio de la segunda etapa. Un mal marcaje en el sector medio posibilitó el traslado de Pastore quien habilitó a Ángel Di María y este no perdonó a los 47′.
Paraguay volvió a batallar cada pelota, a morder cada salida albiceleste y a no rendirse. Así generó un par de acciones en el área argentina y se descuidó atrás. El cuarto tanto llegó a los 52′, de un contragolpe manejado por Messi. Villar tapó el tiro de Pastore mas la pelota quedó servida para Di María y el zurdo puso el cuarto tanto que ya fue lapidario.
GOLEADA. El 4-1 a favor de Argentina fue injusto por el trámite del juego pero merecido por la efectividad. La Albiceleste se hizo dueña de la pelota ante un Paraguay que quedó desconcertado. La Albirroja, por amor propio y porque Argentina se lo permitió, logró arrimarse al campo adversario y se expuso a otro golpe. Villar le quitó un gol a Messi a los 68′.
Ya con el triunfo asegurado, la Albiceleste quitó el pie del acelerador y Paraguay siguió corriendo y metiendo como si nada. La intensidad del cotejo bajó pero Sergio Agüero clavó el quinto a los 80′. Los minutos se hicieron eternos, Argentina se agigantó y Gonzalo Higuaín concretó el sexto a los 83′. El partido llegó a su fin y con él un nuevo comienzo: encofarse en las eliminatorias camino al Mundial de Rusia 2018.
Si bien el 6-1 es un resultado difícil de digerir, se vieron cosas positivas en esta Copa América. La Albirroja recuperó el amor propio, la mística, la garra y durante gran parte de la competición, le agregó buen fútbol. Ahora, lejos del conformismo, la misión paraguaya es coronar esta gran campaña consiguiendo el tercer lugar frente a Perú, este viernes a las 19.30 en el Estadio Ester Roa Rebolledo.