El Instituto Nacional del Cáncer (INCAN) del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, recuerda a la población que una exposición inadecuada a la radiación solar ultravioleta tiene un efecto dañino sobre la piel y es un factor de riesgo para el desarrollo del cáncer de piel.
¿Cómo broncearse?
A quienes opten por tomar sol para adquirir un bronceado de la piel en este verano, el consultorio de dermatología del INCAN les recomienda una exposición racional al sol.
El primer criterio de una exposición racional al sol es el horario. Una persona debe exponerse al sol hasta las diez de la mañana y después de las tres de la tarde. El segundo criterio es que, quien tome sol, debe emplear protectores solares en crema, emulsión, espray o gel. Es un criterio fundamental que éstos sean elegidos en relación al tipo de piel. La relación es: a piel más clara, protector solar de mayor factor; por ejemplo, una persona muy blanca debería usar un factor de protección 50 y, quien tiene una piel oscura un factor no menor que 25. Este factor se especifica en números en la etiqueta del producto.
El INCAN recomienda también que, ante la decisión de adquirir un bronceado, las personas no elijan obtenerlo en camas solares. Como en una sesión de bronceado en dichos equipos no se siente el efecto de calor, la radiación ultravioleta se recibe sin percibir el daño que está causando. Por ende, el daño que causa una cama solar a la piel es mayor que el que causa la exposición al sol.
Albañiles y agricultores
El llamado a proteger a la piel del sol también a va dirigido a personas que laboralmente se exponen al sol. En el consultorio dermatológico del INCAN, se registra un alto número de pacientes con diagnóstico de cáncer de piel de sexo masculino que trabajan en la construcción o la agricultura. Es así que, el Instituto recuerda a este segmento poblacional que el trabajo desprotegido bajo el sol es un factor de riesgo para el desarrollo del cáncer de piel. La prevención es posible y, por ello, se sugiere a estas personas utilizar en su jornada laboral elementos de protección como sombreros, quepis y ropas de mangas largas.
El sol y el cáncer de piel
La exposición a la radiación ultravioleta del sol a largo plazo o de manera intempestiva, es un factor de riesgo para el desarrollo del cáncer de piel, advierten los profesionales del consultorio de Dermatología del INCAN.
Cada estructura de piel es capaz de dar origen a un cáncer. Los tres tipos de cáncer de piel más frecuentes son: el Epitelioma Vaso-celular, el Espino-celular y el Melanoma. Los dos primeros están ligados a la exposición solar de toda la vida. Por ello, es muy importante cuidar el tipo de exposición solar de una persona desde la niñez. El melanoma puede aparecer como algo nuevo en la piel o como una transformación de lunares.
Controle sus manchas y lunares
Para prevenir el cáncer de piel, el cuidado de la exposición al sol debe ir acompañado de un control periódico de manchas y lunares. Dicho control permite una detección precoz de posibles lesiones precursoras de cáncer de piel.
Toda persona con manchas y lunares debe buscar periódicamente un control médico de los mismos, pero muy especialmente, deben hacerlo quienes tengan piel clara; cuenten con antecedentes de cáncer de piel en la familia; trabajen en la agricultura, la albañilería o en otras tareas bajo el sol; quienes posean lunares de nacimiento o lunares que han ido apareciendo en el transcurso de la vida y lunares que presentan cambios según observación por la llamada “Regla ABCD”.
Regla del ABCD de auto-observación
Cada persona puede observar sus propias manchas y lunares prestando atención a signos de alarma de cáncer de piel. Para ello puede usar la regla ABCD. La letra A invita a observar la “Asimetría” si el lunar presenta cambios físicos asimétricos; esto puede ser evaluado partiendo imaginariamente el lunar en dos o cuatro partes y comparando si ambas partes son iguales o diferentes; si dichas partes difieren, estamos ante un lunar asimétrico. La letra B atiende los posibles “bordes” irregulares del lunar; la Letra C, una “coloración” anormal en la pigmentación y “D”, el” diámetro”, pues debe ser considerado un signo de alarma que el lunar tenga más de 6 milímetros. Descubrir cualquiera de estos elementos en la observación debe conducir a la persona a una consulta con un dermatólogo.
Otros rasgos también deben llamar la atención pues en las variantes de cáncer de piel más comunes como el espino-celular o el vaso-celular aparecen lesiones que suelen ubicarse en zonas de la piel expuestas al sol como por ejemplo el rostro, los brazos, las manos y el escote. Otros signos de alarma suelen ser las manchas rosadas que descaman un poquito llamadas queratosis actínicas. Es también motivo de consulta el encontrar lesiones de piel que persisten meses, que van creciendo paulatinamente, que se ulceran.
Aumento del cáncer de piel en Paraguay
En la última década, ha habido un aumento del cáncer de piel en el mundo y en nuestro país. Si bien el Paraguay carece de un registro estadístico nacional al respecto, un recuento por separado servicios de dermatología públicos y privados del Paraguay refleja que el carcinoma vaso-celular es el más frecuente. Supone más o menos dos tercios del cáncer de piel a nivel país. El espino celular representa el 20 por ciento y el melanoma un poco menos del 10 por ciento.
El Instituto Nacional del Cáncer registra entre 25 a 30 pacientes nuevos con cáncer de piel por año.
Prevenible, visible y curable
El cáncer de piel es prevenible, visible y curable. Es prevenible si la persona sostiene desde la niñez una relación razonable con el sol y un monitoreo dermatológico de la salud de su piel. El cáncer de piel es visible y lo podemos detectar temprano mediante una observación periódica de manchas y lunares posible con la auto-observación y el control médico. Finalmente, el Instituto destaca que el cáncer piel es curable si es descubierto en un estadio temprano de desarrollo.