Se trata del primer hallazgo de crudo en más de dos décadas, lo que permitirá a Bolivia triplicar sus reservas y generar ingresos por más de 1.700 millones de dólares.
El gobierno de Morales nacionalizó el sector de los hidrocarburos y se ha embarcado en una intensa política de exploración de nuevos yacimientos para responder a la demanda de consumo de su población.
El descubrimiento tuvo lugar en un campo en el norte del departamento de Santa Cruz en un proyecto conjunto de la estatal boliviana de petróleos YPBF y la española Repsol.