Ahora bien, más allá de la trillada noción de que la primavera es la estación en la que afloran nuestras ganas de enamorarnos, y nos volvemos capaces de apreciar con mayor intensidad y detalle la belleza que nos rodea, existen ciudades que se deben visitar en esa estación del año porque la naturaleza despliega sus estrategias más pasionales de conquista para robarte el corazón.
1. Amsterdam, Holanda
También conocida como la ciudad de los tulipanes, nos ofrece a su paso miles de ocasiones para encontrarnos con esta maravillosa y particular flor que decora todos sus rincones. Realizar un recorrido en bicicleta por los campos de tulipanes rodeados de molinos hará que te sientas dentro de un cuento al estilo de Sarah Kay. Un punto estratégico de visita al que no muchos turistas llegan son los jardines Keukenhof.
Este lugar representa un verdadero espectáculo para cualquiera gracias al increíble contraste entre las distintas tonalidades de tulipanes que se exhiben estratégicamente su resplandor durante los últimos días de abril de cada año. La excursión se puede hacer mediante un recorrido en autobús, quizás al inicio te distraerás revisando tus mensajes en el celular mientras aprovechas la conexión de Wi-Fi gratuita, hasta que el coro de suspiros y exclamaciones de los espectadores hará que tu rostro voltee la atención a la ventanilla; una secuencia de manchas de tonos rojos, blancos, amarillos y lilas que se combinarán a la velocidad en que recorres cada uno de los campos.
2. Ginebra, Suiza
Ciudad a la que se le asocia en primera instancia con el icónico atractivo de su Jet D’Eau (fuente de agua propulsada que alcanza los 10 km de altura) o bien, como centro diplomático dada la presencia de las oficinas de las Naciones Unidas, para aquellos amantes de la botánica urbana Ginebra es una ciudad imperdible.
A su paso encontrarás canteros y bulevares con voluminosas flores que no te cabrán en la mano, por supuesto están al alcance de todos para hacer la prueba. La impecable cultura suiza garantiza que se mantengan intactas sin que alguien se rinda a la tentación de tomar una de ellas como souvenir.
Haciendo honor a la reconocida trayectoria de la relojería, una de las típicas postales de esta ciudad se consiguen al observar el conocido reloj de flores, que ofrece una combinación de tonalidades diferentes en función de la época del año. Aunque claro, ir en primavera siempre es la mejor opción por su luminosidad.
3. Roma, Italia
Del mismo modo que ocurre en el caso de Ginebra, las primeras asociaciones de esta ciudad se vinculan a diversas atracciones que lejos se encuentran de la idea de un paisaje florido, como pueden ser el Coliseo y la Fontana di Trevi. Sin embargo, uno de los atractivos romanos corresponde a las escalinatas de la Plaza de España, que expresan todo su encanto en primavera, adornada por macetones de coloridas variantes florales.
Esta plaza es el punto de encuentro para eventos de moda y espectáculos culturales, pero sin duda la belleza suprema la despliega el predominante fucsia que florece y lo impregna todo, ganando las miradas más audaces.
4. Madrid, España
Esta gran ciudad nos brinda interesantes opciones para la vida nocturna y las caminatas al aire libre, pero esconde un precioso secreto en las afueras de la zona urbana: un jardín llamado “El Capricho”, en honor a los gustos y extravagancias que definieron sus creadores a la hora de diseñarlo.
En medio de la arboleda se encuentran distintos rincones para admirar el entorno, no sólo está lleno de flores y paisajes coloridos, también hay un estanque, un laberinto y un antiguo fortín, por solo mencionar algunas de las particularidades que existen en el parque. Si bien se realizan visitas guiadas para recorrer y analizar cada uno de los estilos que conviven dentro del mismo, siempre es una opción recomendada dejarse llevar por la propia curiosidad y obsequiarse cada una de las sorpresas visuales que otorga el lugar. Más de una de las estaciones nos hará evocar algún recuerdo de la infancia, como las casas de mazapán que existían en los cuentos que leíamos antes de dormir.
5. Tokio, Japón
Sabemos que esta impactante ciudad representa un abismo cultural y tecnológico que nos enamora a primera vista, pues sus calles y edificios con luces fluorescentes la encienden como un arcoíris permanente. Pero Tokio también nos puede dejar sin respiración a través de su naturaleza llena de perfección.
Con la histórica trayectoria japonesa en la disciplina del bonsai, que por supuesto se replica a menor y mayor escala a lo largo de la ciudad, es previsible que los espacios verdes de esta ciudad nos dejen maravillados. Del mismo modo, no se debe negar el protagonismo de los cerezos, que impregnan de romanticismo el paisaje hacia donde uno desee posar la vista. Admirar los pétalos rosados que cubren el camino a nuestro paso, o bien flotando como alfombras en el agua, así como ver la lluvia caer sobre ellos, se convierte en un espectáculo sublime para ver al menos una vez en la vida.
Luego de este recorrido caleidoscópico, esperamos haberte robado algunos suspiros y dejar que la inquietud te anime a planear un viaje a alguno de estos destinos en primavera, no puedes perderte las escenas naturales que hallarás pues, sin duda, nos conectan con nuestro espíritu libre, soñador y alegre.