Conocida como Eida, de 115 años, es una ciudadana siria que pudo escapar de su país con la ayuda de una familia ajena a la suya. El padre de la familia con quien escapó la cargó en sus espaldas por cientos de kilómetros.
Esperaron horas para tomar un ferri que vaya a Atenas, pero la policía les dijo que tenían problemas con sus documentos. Finalmente dos días más tarde pudieron abordar el trasbordador.
La familia de Eida aún está en Alemania y todavía tiene camino por delante. El último deseo de la mujer de 115 años es poder ver a sus hijos otra vez.