Cuando ese sujeto de triste existencia se cuestiona todo lo que sucede a su alrededor, decide buscar en el mundo del dormir los escenarios perfectos para sentirse realizado y completo. Siguiendo la línea de “Vanilla Sky” o “Inception”, esa posibilidad, tanto benéfica como caótica, se muestra en esta otra película como una realidad asequible y válida en la vida de cualquier persona.
Esta idea no sólo se circunscribe al universo de la fantasía pues resulta que puede ser real el día en que menos lo esperemos o que más lo necesitemos. Por años, instituciones médicas o de investigación científica se han dedicado a estudiar minuciosamente qué pasa antes y durante el sueño. Obteniendo increíbles conclusiones al respecto y publicaciones fascinantes en el ámbito de la divulgación académica.
Entre estas resoluciones podemos enlistar solamente seis, que son las más apoyadas o incluso fundamentadas en la actualidad, y que cambiarán con el paso del tiempo además, de sus análisis especializados, la manera en que concebimos nuestra actividad onírica.
Dormir boca abajo provoca sueños eróticos
Para comenzar, una de las aseveraciones más llamativas es que las personas que acostumbran dormir boca abajo, dada la presión ejercida sobre el pecho y su cambio de respiración, obtiene una mayor cantidad de sueños placenteros que otros sujetos.
Las pesadillas se pueden compartir
Es sabido que en gemelos, los hábitos, intereses y fobias se pueden compartir. Es claro que en este caso la información genética juega un papel primordial; lo que no teníamos presente es que este tipo de hermanos pueden compartir exactamente las mismas pesadillas y sufrir los mismos estragos de un terror nocturno.
El magnetismo de la Tierra influye en nuestros sueños
El campo magnético de nuestro planeta es hoy uno de los grandes supuestos en la lista de influencias en sueño de las personas. Mediante un estudio que ha durado años, se tiene todavía la sospecha de que a menor actividad geomagnética en el globo, mayor extrañeza y sobresalto en las pesadillas que tenemos al dormir. No se ha comprobado del todo, pero la información apunta a que así sucede sin excepción.
TV en blanco y negro produce sueños en blanco y negro
Suena imposible o a programa de ciencia ficción, pero es verdad. Un estudio publicado en 2008 demostró que la manera en que vemos televisión afecta nuestra percepción de la realidad en nuestros sueños. El resultado se obtuvo gracias a las personas que alrededor de los 10 años de edad fueron expuestas a la programación en blanco y negro, y sus recuerdos inconscientes de aquella época.
El queso nos hace soñar
En 2005, a partir de una investigación donde el mismo British Cheese Board estuvo involucrado, se compartió un estudio que reveló que comer queso influye dentro del dormir. Incluso se ligó al cheddar con sueños sobre celebridades y al queso azul con pesadillas bizarras, por ejemplo. Todo gracias a un aminoácido llamado triptófano, encargado de normalizar el descanso y los niveles de estrés.
Olores y ruidos en el exterior nos hacen soñar en el interior
Es decir, todo aquello que suceda a nuestro alrededor mientras estamos dormidos efectivamente puede transformar lo que acontece en el sueño o la pesadilla. Suena un poco ridículo o como un cliché barato, pero si, por ejemplo, alguien está tocando la guitarra junto a nuestra habitación podríamos soñar que estamos en un concierto. O si descansamos muy cerca de unas rosas, incorporar a éstas en el relato de la ensoñación sería casi inevitable.
Falta todavía un largo trayecto en la indagación científica y psicológica; sin embargo, día a día se descubren cosas más fascinantes al respecto.
Fuente: Cultura Colectiva