Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) también merecían recibir el premio Nobel de la Paz junto con el presidente Juan Manuel Santos, opinó este viernes la ex rehén de la guerrilla Ingrid Betancourt.
En una entrevista telefónica con Betancourt, el canal noticioso francés I-Télé preguntó a la excandidata presidencial si “los que la secuestraron se merecían también haber recibido el Nobel de la Paz”. “Sí”, contestó Betancourt. “Para mí es muy duro decir que sí, pero creo que sí”, agregó emocionada esta mujer secuestrada por las FARC en selva colombiana entre 2002 y 2008.
El Nobel de la Paz fue otorgado este viernes al presidente colombiano Juan Manuel Santos, en un espaldarazo a sus esfuerzos por encarrillar el proceso de paz firmado con la insurgencia marxista pero rechazado el domingo en un referéndum por el pueblo colombiano.
“Estoy muy, muy, muy feliz” por la atribución del premio, agregó Betancourt, que era candidata ecologista a la presidencia de Colombia cuando fue secuestrada en 2002.
“Creo que no sólo es merecido, sino que también invita a un momento de reflexión en Colombia, de esperanza de paz, de la alegría de decirnos que, efectivamente, la paz no tiene marcha atrás”, agregó.
Santos “ha luchado prácticamente solo para obtener ese resultado, está cambiando la historia del país porque le da a las nuevas generaciones colombianas la posibilidad de un país diferente. Es un momento muy importante para Colombia”, concluyó la exrehén, que hoy vive entre Francia, Inglaterra y Estados Unidos.
Poco después, en entrevista con la emisora colombiana Blu Radio, Betancourt dijo que este reconocimiento “da un impulso extraordinario, cimienta la paz en Colombia, ahoga y disminuye las voces de aquellos que querían ver abortar el proceso de paz”.
La excandidata presidencial consideró que con el premio a Santos están reconociendo “también esa transformación extraordinaria de las FARC, de ser un grupo terrorista vinculado con la droga a ser realmente un grupo de seres humanos convencidos de que pueden aportar a la paz”.
“Esa transformación nos tiene que llegar al corazón a cada uno de nosotros y también implica para cada uno de nosotros una transformación equivalente, de ser grandes, de ser generosos, de abrirle espacio a unos colombianos que quieren integrarse con pleno derecho a la vida de la nación”, aseguró sobre quienes la mantuvieron secuestrada.
AFP