A finales del siglo pasado los accidentes de tráfico se convirtieron en una de las causas principales de mortalidad en los países desarrollados, pero desde los 80 y 90 se ha logrado parar e invertir la tendencia debido a la contribución tecnológica de los fabricantes automotrices, gobiernos y organizaciones sociales a la seguridad en la industria.
Entretanto el problema sigue siendo grave: cada año más de un millón de personas fallecen en accidentes de tráfico y otros 50 millones resultan heridos de distinta consideración.
Seguridad activa
Se espera que las cifras disminuyan acusadamente en los próximos años gracias al desarrollo de tecnologías de seguridad pasiva y activa.
Los coches que se fabriquen dentro de dos o tres años estarán dotados de varios sistemas de asistencia al conductor y multitud de captadores: desde radares hasta cámaras estéreo que controlarán el espacio situado alrededor del vehículo.
Según el Instituto Federal alemán de Investigación de las Autopistas (BAST), los sistemas de asistencia al conductor pueden reducir potencialmente el número de accidentes graves en un 70%.
Esta opinión es compartida por varias instituciones independientes especializadas en la seguridad del automóvil. Desde 2014 el programa europeo de evaluación de nuevos automóviles EuroNCAP ha incorporado varios sistemas opcionales de asistencia al conductor, como el frenado de emergencia automático, el seguimiento del carril y la detección de señales de limitación de velocidad.
Pero a partir de este año los expertos de EuroNCAP, sus compañeros de la agencia estadounidense de seguridad de tráfico NHTSA y la japonesa JNCAP consideran la incorporación de estos sistemas como condición necesaria para la obtención de una calificación alta.
“Ello significa que ni un solo modelo nuevo podrá esperar una calificación de cinco estrellas solo a partir del ‘crash-test'”, explica Wilfried Mehr, jefe de la división de sistemas de asistencia al conductor de la compañía Continental.
Condiciones indispensables
Este año EuroNCAP incluirá en su calificación el frenado automático ante la presencia de peatones en diversas situaciones y la detección de limitaciones de velocidad en función del día de la semana, la hora y las condiciones meteorológicas.
A partir de 2018 los vehículos bajo su supervisión tendrán que detectar a los peatones y frenar ante condiciones de insuficiente iluminación, al igual que ante los ciclistas; también impedir la caída en zanjas y advertir a los conductores de los peligros a la hora de adelantar.
En 2020 a estos sistemas se incorporará uno de frenado automático ante la detección de vehículos que circulen en dirección perpendicular, otro que detendrá el automóvil en el momento de girar a la izquierda si hay otro coche que circula en dirección contraria además de un mecanismo que alertará de la presencia de ciclistas antes de realizar giros a la derecha. Asimismo, se está estudiando la inclusión de un sistema de detección de semáforos y de frenado automático en el que caso de que las luces se encuentren en rojo.
Fuente: RT en Español