El procedimiento se da en medio de una crisis de superpoblación en el penal, que dificulta el control interno y facilita la formación de grupos delictivos. Las autoridades continúan trabajando para reforzar la seguridad y evitar enfrentamientos entre los reclusos.
Este tipo de intervenciones forman parte de los esfuerzos por combatir el crimen organizado dentro de las cárceles del país.