Rubín expresó que se hubiera hecho un plan piloto donde 10 a 15 comisarías cuenten con camionetas especializadas que permite la seguridad integral a la mujer golpeada a través de una denuncia, con un servicio de psicólogos, fiscales y policías que se acerca hasta el domicilio y retiran al agresor.
“Parece que nada es suficiente, el hombre latinoamericano ya va perdiendo su poder sobre la mujer, en el sentido que ya no es una esclava sexual”, refirió.
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