Cada vez faltan menos días para el inicio de Juegos Olímpicos 2016 y en Brasil los problemas aumentan. La presidenta, Dilma Rousseff, acaba de ser suspendida en su cargo, para dar inicio a su juicio político. A esto se le suma el riesgo de la expansión del virus del Zika tras la visita de atletas y turistas de todo el mundo a uno de los epicentros de la enfermedad, las obras que se están terminando contrarreloj y la inseguridad que estará a acecho de los cerca de 500.000 visitantes que se esperan.
Modificar la sede del evento más importante a nivel deportivo, junto con los Mundiales de fútbol, supondría un escollo monumental para el Comité Olímpico Internacional (COI), que confió en el último anfitrión de la Copa Mundial de la FIFA para realizar los primeros JJOO de Sudamérica de la historia.
De cara a la ceremonia inaugural del 5 de agosto en el Maracaná, Brasil transita la antesala de sus Juegos plagado de obstáculos, que dan paso a un único interrogante: ¿es posible aún posponerlos o cambiar la sede? Aquí, algunas de las razones.
El epicentro del virus del Zika
“Si no fuese por los Juegos, ¿quién recomendaría mandar medio millón adicional de visitantes a Brasil ahora mismo?”, cuestionó el profesor de la Universidad de Ottawa, Amir Attaran, un experto en sanidad pública, en un artículo publicado esta semana en el Harvard Public Health Review.
Si bien es una enfermedad que se extendió por todo el mundo, con mayor relevancia en América Latina, Brasil es el epicentro. El Zika, que se propaga por la picadura del mosquito y los científicos confirmaron que puede producir defectos congénitos, incluyendo microcefalia y problemas neurológicos, es subestimado por el COI. Confían en que el clima invernal hará que el riesgo disminuya. Pero son argumentos financieros, no lógicos.
“Si el COI y la Organización Mundial de la Salud (OMS) no tienen la generosidad para retrasar los Juegos y evitar que nazcan niños incapacitados por toda su vida, entonces son dos de las instituciones más crueles del mundo“, dijo Attaran.
La OMS declaró que la epidemia era una emergencia sanitaria mundial y, aunque no puso restricciones a los viajes o al contacto con países afectados, recomendó que las mujeres embarazadas no se trasladen a esas regiones.
El principal temor de Amir Attaran, es que el virus se propague aún más, ya que el medio millón de personas que llegarán a Rio de Janeiro tienen grandes posibilidades de infectarse y trasladar el virus a otras regiones del mundo, como sucedió con el SARS, H1N1, Ébola y otras epidemias.
La crisis política y social de Brasil
La cúpula gubernamental de Brasil recibió su golpe más duro con la suspensión de Dilma Rousseff. Este cambio de mando proyecta una sombra de dudas e interrogantes sobre los Juegos Olímpicos, que serán inaugurados por el nuevo presidente en ejercicio, Michel Temer.
La caída de Dilma es el fin de la hegemonía del Partido de los Trabajadores, que permaneció en el poder más de 13 años. La transición no es suave, por lo que este giro de 180 gradospodría provocar masivas manifestaciones y protestas durante la cita olímpica. Es algo que a lo que el COI, los atletas y el público deberán estar preparados.
Estas protestas supondrán una carga adicional para las fuerzas de seguridad nacional, que también deben ocuparse de blindar a los Juegos Olímpicos de la inseguridad que se vive en las calles, con las bandas armadas de narcotraficantes que operan en las favelas como peligro mayor.
La economía brasileña atraviesa su peor recesión en décadas y el gobierno de Río de Janeiro no consigue pagar los salarios de los policías en tiempo y forma. El secretario de seguridad de Río, José Mariano Beltrame, reconoció en una entrevista a O Globo que se podría reducir hasta en un 50% el contingente de la Fuerza Nacional de Seguridad, convocado para apoyar a la Policía de Río.
El ex futbolista Rivaldo alertó a los turistas que tienen pensado viajar a Río de Janeiro para presenciar los primeros juegos en Sudamérica. “Aconsejo a todos los que tengan la intención de visitar Brasil o venir para los Juegos Olímpicos de Rio que se queden en su país de origen. Aquí ponen en riesgo su vida“, escribió el ex futbolista en su cuenta de Instagram con una fotografía de una joven de 17 años que había sido asesinada.
La realidad es diferente a la de la Copa del Mundo de 2014, ya que en aquel entonces la situación económica no era tan mala y participaban 12 ciudades. Es decir, los Juegos Olímpicos se concentrarán mayormente en Río de Janeiro, por lo que la afluencia de personas en una zona tan pequeña supone un peligro mayor.
Construcciones y desalojos en Río de Janeiro
El Parque Olímpico de Río de Janeiro fue la última asignatura pendiente de la ciudad antes de que todas las obras estén terminadas. “Todo estará listo a tiempo”, anunció el director de proyectos de la Empresa Olímpica Municipal, Roberto Ainbinder
El COI tuvo que afrontar recortes presupuestarios, que han llevado a la eliminación de varias instalaciones y estructuras temporales. Pero el bienestar de los espectadores es inversamente proporcional al de los habitantes de los barrios más pobres de Brasil.
Estas construcciones, algunas con estructuras aún sin cumplir los estándares olímpicos, fueroncausales de desalojos. El caso más resonante fue el de la favela Vila Autódromo, un respetable asentamiento de Río de Janeiro, donde sólo resistieron de pie unas 20 de 600 familias. El resto fueron indemnizadas con muy poco dinero o distribuidas en zonas peligrosas, en apartamentos con mal construidos.
Con este panorama, y sin contar el riesgo de un ataque terrorista porque ese es un peligro latente en cualquier parte del mundo, no hubiera sido descabellado pensar en mover los Juegos Olímpicos a otro país. O simplemente posponerlos. Pero el dinero es más importante que la salud los atletas y los espectadores. Por lo que nada cambiará con respecto al 2 de octubre de 2009, momento en que Brasil supo que siete años más tarde acogería uno de los eventos deportivos más importantes del mundo.
FUENTE: INFOBAE