Francisco deseó que el debate de la conferencia de esa fundación, que se ocupa de reflexionar sobre la doctrina social de la Iglesia católica, pueda “contribuir a generar nuevos modelos de progreso económico orientado al bien común, a la inclusión y al desarrollo integral”.El pontífice volvió a arremeter contra la actual “visión económica exclusivamente orientada en el beneficio y el bienestar material”.
Una economía “incapaz de contribuir de manera positiva a una globalización que favorezca el desarrollo integral de los pueblos en el mundo, de la distribución justa de los recursos, la garantía del trabajo digno y el crecimiento de la iniciativa privada y las empresas locales”.
Para Francisco, los efectos de esta economía se perciben también en las sociedades más desarrolladas con “el crecimiento del porcentaje de pobreza” y con “una clase media que se contrae”.