La Flota del Mar Negro rusa cumple 233 años de vida. Desde el ya remoto año 1783, cuando la entonces la emperatriz Catalina II anunció la creación de la Flota del Mar Negro con bases principales en la península de Crimea, esta agrupación naval, una de las cuatro con que cuenta Rusia, ha vivido varios períodos dramáticos y heroicos en su historia.
Tras varias victorias sobre la Armada turca, sus marineros hicieron del mar Negro el “charco interior de Rusia”, como se decía en aquella época.
Desde allí sus victoriosos buques se batieron a menudo en el Mediterráneo bajo el mando de grandes almirantes como Ushakov y Najímov. En sus filas peleó entre 1854 y 1855 León Tolstói, el entonces joven teniente de artillería y futuro escritor de fama mundial. Sus infantes de marina forjaron la leyenda de la ‘muerte negra’ al combatir contra la Alemania nazi.
Su base principal, la ciudad de Sebastopol, vivió dos heroicos asedios, en 1854-1855 y en 1941-1942. Ambas batallas han pasado a la historia bélica por la valentía de sus defensores.
Sus buques formaron parte de la escuadra de la URSS que operó de forma permanente en el Mediterráneo durante la Guerra Fría.
En la actualidad, la renovada Flota rusa en este mar recibirá seis nuevos submarinos diésel-eléctricos del proyecto 636,3 clase Varshavianka, y tres avanzadas fragatas tipo Admiral Grogoróvich del proyecto 1135.6, una de las cuales ya ha zarpado rumbo a Sebastopol, adonde llegará antes de finales de mayo.
Asimismo, han sido considerablemente modernizadas la aviación naval y los sistemas de misiles antibuque de la defensa costera.
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