Rodriguez ya había impulsado este movimiento en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El trabajo que tuvo lugar en el departamento de San Pedro, consistía en apoyar económicamente a las famillias que tenian niños estudiando en “escuelitas pobres”, se lograron equipar las distintas instituciones con una cocina y la insfraestructura necesaria para que las mismas madres puedan cocinar para sus hijos. Según el ingeniero los chicos sentían el apoyo de sus padres en los estudios y esto repercutía en el rendimiento académico del estudiantado que además de sentir el acompañamiento podían estudiar tras haber comido algo.
Rodriguez sostuvo que para proyectar esto a nivel nacional es cuestión de adaptarse, atendiendo el contraste que hacen las madres del sector rural con las del sector capitalino y otros sectores de nuestro país.