Luz Céspedes, denunció que su caso data del 2013, cuando ella tenía 14 años y asistía a un colegio religioso de la ciudad de Mariscal Estigarribia, Departamento de Boquerón, donde un sacerdote, de nombre Anuncio López y que se desempeñaba como director y docente, la acosó sexualmente.
Señaló que ella no es la única víctima. Incluso dijo que “el sacerdote decía que las alumnas eran muy inquietas”, que era “normal” que las jóvenes sean acosadas y que ellas “provocaban” al cura.
“Me hicieron callar. Me callaron durante siete años. Hasta que en el 2020 me animé, cuando me enteré que a este sacerdote le trasladaron a México para hacer un tratamiento psicológico y que después volvió. Ahí hice mi denuncia. Todo el vicariato y hasta el provincial en Roma (Italia) sabía lo que estaba pasando”, aseveró Luz en conversación con La Mañana De Unión a través de Unión TV y radio La Unión.
Indicó que tiempo después el sacerdote López fue expulsado de la congregación Oblatos de la Misericordia, a la que pertenecía.
Aseveró que, aunque la Iglesia Católica misma presentó una denuncia ante el Ministerio Público contra López, la investigación no ha avanzado y se mantiene “en proceso”.
Lamentó que otro sacerdote, de nombre Miguel Fritz, quien había escuchado su historia, tomó su denuncia e incluso hizo una “investigación canónica”, no haya hecho nada al respecto y ahora “esté por ser obispo”. “Él le encubrió a Anuncio López. Vivía con él en la misma casa (…) Después me hicieron todo un proceso de condena social para que yo no haga la denuncia. Me miraban y me acusaban a mí como la revoltosa”, aseguró.
Dijo que este tipo de hechos con sacerdotes se producen sistemáticamente en distintos puntos del territorio nacional donde viven comunidades aisladas o vulnerables, citando como ejemplo las campesinas o indígenas.
Finalmente, Luz instó a todas las víctimas de acoso sexual por parte de sacerdotes a denunciarles.