El debate fue organizado por el Club de Economía de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) en un teatro lleno de participantes, en su mayoría estudiantes universitarios. Participaron también Martín Burt, precandidato a presidente por el Partido Liberal, y Santiago Peña, precandidato a presidente por el Partido Colorado.
Al final del debate, en donde se abordaron diversos ejes, la exministra fue directa y concisa: “Queremos un país diferente, ese Paraguay no lo vamos a construir haciendo y eligiendo lo mismo. Yo les quiero invitar a que me acompañen en este camino que tiene un único destino: la transformación absoluta y profunda del Paraguay”.
“Ya no más un país para unos pocos a costa del dolor y el sufrimiento del pueblo”, exclamó ante el público presente.
Núñez explicó la importancia de involucrarse en los procesos de decisión del país, ya que los problemas surgen o se originan en la política.
“Estamos viviendo un gran escándalo ético a nivel Nacional y tenemos que decir las cosas como son. La raíz de los problemas que tenemos está en nuestra manera de hacer política porque somos condescendientes”, arremetió. Dijo que esto se da “porque no tememos el coraje y valentía de enfrentar a las estructuras que son responsables de la desidia, el dolor y el sufrimiento del Paraguay”.
Mejorar el gasto público
El debate abordó cuatro ejes principales: economía, educación, proyectos sociales y la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú.
La joven candidata resaltó que en cualquier área que se quiera trabajar dentro del aparato estatal, es fundamental optimizar y mejorar el gasto público. “Indudablemente tenemos que mejorar el gasto público. Administrar bien la cosa pública es posible, siempre que no se dependa de poderes fácticos o favores políticos”, dijo.
En ese sentido, en el tema pobreza indicó que, para superar el problema, es preciso abordarlo “en su naturaleza multidimensional”. “A la pobreza tenemos que abordarla desde la mirada multidimensional”. En ese sentido explicó que el desarrollo de una Política Pública para erradicar la pobreza no debe centrarse solo en la garantía de brindarle ingresos a las personas.
“Casi el 30% de la población nacional vive en la pobreza. Esa es una cifra que denota la incapacidad que hemos tenido como país de traducir el crecimiento macroeconómico en mejoras de la calidad de vida de los sectores más vulnerables”, dijo.
Además, señaló que, para empezar a delinear las políticas públicas de desarrollo social, es preciso
dividir el problema en dos áreas: pobreza urbana y pobreza rural. También abogó por mejorar los controles a los programas de asistencia condicionada, como Tekoporâ.