El país, el más golpeado de la pandemia en cifras absolutas, registra poco más de 901.000 decesos y cerca de 76,4 millones de casos desde el inicio de la emergencia sanitaria, según el balance independiente.
La curva de muertes marca un ascenso pronunciado desde fines de noviembre por la expansión de la variante Ómicron, considerada más contagiosa, al igual que la del total de positivos que a partir de la mitad de enero pasado volvió a caer.
El promedio semanal de nuevos casos en Estados Unidos bajó de los casi 790.000 del 12 de enero a alrededor de 378.000 este 2 de febrero, según los últimos datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Las hospitalizaciones también están bajando, aunque siguen en uno de sus mayores niveles de toda la pandemia, con un promedio semanal de unas 133.000, indica el recuento que realiza el New York Times.
En un comunicado, el presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró que en estos momentos el país dispone de más herramientas que nunca antes para salvar vidas y luchar contra el virus, y destacó las vacunas como la más importante de todas.
«Las vacunas y las dosis de refuerzo demostraron ser increíblemente efectivas, y ofrecen el mayor nivel de protección», apuntó el mandatario, quien añadió que gracias a las inoculaciones se salvaron más de un millón de vidas en el país.
Pese a ser un productor de vacunas, las autoridades no logran que despegue la campaña con un 75% de la población cubierta con al menos una dosis y un 64% con esquema completo.
En tanto, el 42% ya recibió una inoculación de refuerzo y Biden insiste en sus mensajes que más estadounidenses acudan a recibir esa tercera dosis, además de solicitar el uso de tapabocas en espacios públicos.
Con información de Agencia Télam.