“Organicemos la esperanza. Que nadie se excluya de esta misión. En el Año del Laico, reivindicamos su misión de desplegar sus capacidades en la cultura, en la ciencia, en las artes, en la economía, en la política, en los medios y en la familia”, dijo Valenzuela en su carta.
Así mismo, hizo alusión a las familias que perdieron integrantes a lo largo de la pandemia del COVID-19. “Muchos de ellos pudieron haberse salvado o vivir más tiempo, si la reacción gubernamental hubiese sido más acertada y no tan débil (…) A pesar del dolor de nuestras pérdidas, tenemos el deber cristiano de levantarnos y andar, de trabajar y hacer bien las cosas, cada uno en nuestras áreas, de contagiar esperanza a los demás, de levantarnos nuevamente si volvemos a tropezar y de avanzar siempre”, afirmó el monseñor.
En ese sentido, dijo que “luego de la sacudida que recibió la humanidad con la pandemia y que todos lo sentimos plenamente en el 2020, este año se puede considerar como el tiempo que nos permite reponernos de esta negativa experiencia”.
También hizo referencia al sistema judicial, señalando que “si la justicia no funciona, la democracia es solo nominal”.
Además, hizo críticas a miembros de la clase política, cuestionando que, “en vez de usar los servicios de salud en la colectividad, gastan el dinero público en seguros privilegiados, como si tuvieran naturalmente más derechos que el común de la gente”.
“Solo una ciudadanía despierta, hará que nuestro país sea el lugar común de la convivencia civilizada”, dijo.
En este orden, se refirió al presupuesto general de la nación 2022.
“Comencemos a construir la esperanza del mañana con un cimiento sólido, que sea inamovible: el presupuesto de la nación, quebranto de todos los años y que, al parecer, solo interesa a unos cuantos que están prendidos de él para un buen vivir a costa de los demás. Este presupuesto tiene que ser de interés de todos nosotros porque es el cálculo de lo que se hará con el dinero de todos los contribuyentes. De todo lo que se va a gastar con ese dinero (…) Falta más compromiso de quienes aportan a este presupuesto y falta cortar las ambiciones de quienes quieren más y más sin importarles que no haya de dónde sacar más”.
Así mismo, señaló que el Paraguay necesita cuanto antes “cambiar el perfil de sus líderes”. “No cambiar personas simplemente. Necesitamos líderes íntegros, honestos, con mentalidad sana, confiables, comprometidos con la verdad, serviciales y ambiciosos con el cumplimiento de sus planes y promesas empeñadas”.