“Estoy muy contenta y la verdad, no esperé que tenga una repercusión como la que tuvo esta noticia. Siempre fuimos una familia trabajadora, en mi casa nunca faltó, pero nunca sobró tampoco (…) Mi padre es albañil y le propuse a él ayudarle y, aunque varias veces se negó, terminó aceptando. La matrícula que yo tenía que pagar en la universidad era de G. 2 millones, así que no le iba a alcanzar para pagar la totalidad
Manifestó estar orgullosa de lo que pudo lograr, especialmente porque con esfuerzo y sacrificio terminó la carrera, más aún porque lo hizo trabajando en un ámbito muy “extraño” para las mujeres. “Erradicar esos pensamientos de que nosotras no podemos es para mí demasiado importante”, expuso.
En ese sentido, reflexionó sobre la situación educativa del Paraguay. “La educación aquí es mucho más costosa de lo que quisiéramos. Hay muchos jóvenes que quieren estudiar, pero no pueden porque combinar las dos cosas es muy duro y la paga es muy poca”, aseveró Magalí.
De todos modos, alentó a los jóvenes a perseguir sus sueños hasta alcanzarlos, subrayando que, realizando esfuerzos, “todo se puede”.