A partir de noviembre, Estados Unidos solo permitirá el acceso al país a la gente que pueda demostrar que está vacunada y que presente, además, un test de contagio negativo. Además, según el The Washington Post, no se aceptará cualquier vacuna como válida; solo las que hayan sido recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, esto no significa que las vacunas que no están validadas por la OMS, como la Sputnik V (Rusia) y la Abdalá (Cuba), no sean efectivas.
De hecho, están autorizadas por las agencias reguladoras de sus países y se están aplicando en otros. Por ejemplo, en América Latina.
Ambas vacunas superan el 91,5% de eficacia a la hora de prevenir síntomas graves de la enfermedad.
En el caso de Sputnik V, los datos publicados en la prestigiosa revista científica The Lancet , en febrero de 2021, sobre los resultados de la fase III del ensayo clínico, revelaron una eficacia del 91,6%.
Actualmente, la Sputnik V se administra en más de 70 países, entre los que se encuentran Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Venezuela.
En cuanto a la Abdalá, las autoridades cubanas dijeron el 22 de junio que su eficacia en la prevención del COVID-19 alcanzó el 92,28% en enfermos sintomáticos. Sin embargo, se desconocen los datos de sus estudios en profundidad, según la OMS.
La agencia reguladora de Cuba, la CECMED, autorizó la Abdalá para su uso como vacuna en ese país el pasado 9 de julio. Esta también se administra en Venezuela. Sin embargo, la CECMED no ha entregado a la OMS los datos necesarios para que esta pueda recomendarla.
La OMS ha recomendado, hasta el 29 de septiembre, las vacunas de Pfizer/BioNTech, AstraZeneca/Oxford, Janssen de Johnson & Johnson, Moderna, Sinopharm y Sinovac. Si no hace lo mismo con Sputnik V y Adbalá de aquí a noviembre, las fronteras de EEUU se cerrarían a partir de ese mes para las millones de personas que han recibido, sobre todo, la vacuna fabricada en Rusia.
Cada país es autónomo a la hora de autorizar y aprobar las vacunas que se pueden administrar a su población, siempre que cumplan con los requisitos de la autoridad competente nacional, como ya explicó a el Doctor José Gregorio Esparza, profesor de la Universidad de Maryland, virólogo y experto en en tema. En el caso de Estados Unidos, hablamos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés).
La OMS expresó “inquietudes” sobre la Sputnik V y Rusia dijo que las solucionaría
Como explica la propia OMS en su web, las vacunas contra el COVID-19 no necesitan de su aprobación antes de usarse en un país. El organismo solo recomienda el uso de las vacunas que cumplen con sus requisitos. De cumplir lo solicitado, son incluidas en el Mecanismo COVAX, que busca que las vacunas lleguen a todos los países y por el que se evalúan la “calidad, seguridad y eficacia” de las candidatas.
La primera autoridad sanitaria en autorizar una vacuna en el mundo fue la agencia reguladora de Rusia, con la Sputnik V en agosto de 2020. Sin embargo, la recomendación de la OMS todavía no llega.
El pasado 4 de junio, el director general de ese organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, comentó que el visto bueno para la vacuna rusa depende de la decisión de un grupo de especialistas, al ser preguntado en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo sobre si esta situación se iba a demorar “semanas y meses”.
“Es un grupo que trabaja de manera independiente y que informará de sus conclusiones una vez que concluya sus labores”, sostuvo Ghebreyesus.
Un par de semanas después, la OMS detuvo la revisión de la calificación de la Sputnik V el 23 de junio, debido a varias “inquietudes” sobre control de calidad y riesgo de contaminación en una de las plantas de producción, la fábrica de llenado Pharmstandard-UfaVITA, ubicada en la república rusa de Bashkortostán.
Estas “inquietudes” se centraban en “la integridad de los datos y los resultados de las pruebas del monitoreo microbiológico y ambiental durante las actividades de fabricación y control de calidad” o las relacionadas “con la implementación de medidas adecuadas para mitigar los riesgos de contaminación cruzada”.
El mismo día, Dmitry Peskov, portavoz del gobierno ruso, aseguró que se tomaron en consideración todas las quejas y que se habían realizado todas las correcciones necesarias al proceso de producción, según Reuters.
Al día siguiente, la OMS apuntó que “sujeto al cumplimiento de ciertos requisitos, continuará evaluando las vacunas Sputnik V de diferentes sitios de fabricación y publicará las decisiones sobre su recomendación para su autorización de uso de emergencia cuando todos los datos estén disponibles y la revisión haya concluido”.
“Cualquier vacuna que demuestre ser segura, eficaz y de calidad garantizada, y que cumpla con los requisitos establecidos, recibirá una recomendación de autorización de uso de emergencia”, defendió.
En el caso de la vacuna cubana, las autoridades de la isla anunciaron en junio que se pondrían en contacto con la OMS para que certificasen la Abdalá como una vacuna recomendada. Sin embargo, el organismo todavía no ha recibido la información necesaria para estudiar su inclusión en la lista de recomendación para su autorización de emergencia, según su último informe al respecto del 29 de septiembre.
Conclusión
Que una vacuna no haya sido recomendada por la OMS no significa que no sea efectiva. En el caso de la Sputnik V, los datos de eficacia alcanzan el 91,6%, según datos del informe sobre la fase III en humanos que publicó la prestigiosa revista científica The Lancet. Además, como afirma la OMS en su informe sobre las “inquietudes” sobre la producción de Sputnik V, estas solo ocurrieron en relación con una de las fábricas visitadas en el país por los expertos del organismo. Desde Rusia las reconocieron y se comprometieron a solucionarlas. En lo referente al caso de Cuba, la eficacia de Abdalá es del 92,28%, aunque sí es cierto que ese país todavía no ha entregado a la OMS los datos necesarios para que pueda recomendarla, a pesar de haberse comprometido hace semanas.
Con información de Univision.