El italo-suizo Gianni Infantino, secretario general de la UEFA, se postuló a presidente de la FIFA tras la caída de Michael Platini en el escándalo de corrupción del organismo. Desde el momento en que fue aprobada su candidatura, encabezó una campaña mediática alrededor del mundo para ser elegido mandamás del fútbol mundial.
Viajó alrededor del mundo y se reunió con grandes figuras de fútbol mundial, como el ex defensor brasileño Roberto Carlos, el ex capitán del Real Madrid Fernando Hierro, el portugués Luis Figo, el ex arquero Francesco Toldo y los entrenadores José Mourinho y Fabio Capello, entre otros
La UEFA lo respaldó financieramente con 542.000 dólares y él gastó hasta el último centavo de esos fondos, que –según declaró– fueron “dedicados esencialmente a cubrir el costo de sus viajes por el mundo y proveer apoyo logístico” durante la campaña.
Sus propuestas son revolucionarias. El italo-suizo insiste en la idea de sumar ocho plazas a los Mundiales para armar una copa en la que participen 40 naciones y se dispute en sedes regionales, es decir, en diferentes países al mismo tiempo.
Infantino visitó Sudamérica para asistir al Congreso en el que la Confederación Sudamericana de Fútbol eligió al paraguayo Alejandro Domínguez como nuevo presidente. Si bien también estuvo presente el príncipe Alí, el organismo sudamericano anunció que votaría en bloque por el candidato europeo.