“Ayer estuvimos incautando algunos documentos en el consultorio de la odontóloga Lilia G. Espinoza y que tienen que ver con el historial médico de la joven fallecida. Hay dos recetas: una es la esta profesional y otra de un odontólogo que es su cuñado, el esposo de la hermana de la víctima. Él ya declaró ante la Fiscalía y dijo que hizo la receta a pedido de la hermana de la víctima para conseguir un descuento en Botica Magistral un 50% en su calidad de médico”, expuso el fiscal Fernando Chamorro, investigador del caso, en diálogo con La Unión, remarcando que ambas recetas “tienen el mismo contenido”, es decir, el cuñado de la víctima transcribió la receta original, que instruía el consumo de 2 gramos de flúor diarios, dosis considera como letal para el cuerpo humano, según expertos.
Sobre el punto, también manifestó su extrañeza debido a que, considerando que era una cantidad excesiva por día e igual el hombre transcribió la receta tal cual a la original. No obstante, señaló que esta persona, de apellido Villalba, aún no fue imputada porque no reúne elementos, aunque adelantó que se investigará “hasta qué punto llega la responsabilidad de la receta del cuñado”.
El agente considera que, pese a que a la misma víctima y a su familia le pareció extraña la receta de 2 gramos de flúor diarios, “ellos confiaron en la odontóloga porque es docente”.
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