Centenares de personas se encontraban practicando senderismo en el volcán en el momento de la erupción, y la mayoría pudieron abandonar la zona. Los últimos senderistas fueron rescatados en la mañana del domingo con la ayuda de helicópteros militares.
La Agencia Meteorológica nipona prevé que “continúe la actividad volcánica”.
Su última gran erupción se produjo en 1979, cuando expulsó unas 200.000 toneladas de cenizas, mientras que en 1991 registró otra erupción menor y en 2007 provocó una serie de terremotos volcánicos.