Detectaron la enfermedad por primera vez este sábado por la noche en Eluru, una ciudad antigua célebre por sus textiles tejidos a mano. La gente empezó a sufrir convulsiones repentinamente, dijo la directora de salud pública, Geetha Prasadini.
Desde entonces se han reportado síntomas como náuseas, ansiedad y pérdida de conciencia en 546 personas hospitalizadas. Muchas se recuperaron y recibieron el alta, pero 148 seguían en tratamiento, dijo el vocero gubernamental Dasari Nagarjuna.
Los principales institutos científicos del país han enviado equipos de expertos a la ciudad. Se han sugerido y ensayado distintas hipótesis, siendo la más reciente es que se trata de una contaminación de alimentos por pesticidas.
“Pero nadie sabe”, dijo Prasadini.
Lo que confunde a los expertos es la aparente falta de una característica común a los cientos de personas afectadas. Todas han dado negativo para COVID-19 y otras enfermedades virósicas como dengue, chikunguña o herpes. No están emparentadas ni viven en la misma zona. Son de todas las edades, incluidos unos 70 niños, pero pocos son ancianos.
El primer sospechoso fue el agua contaminada. Pero la oficina del primer ministro confirmó que entre los enfermos hay personas que no consumen el agua del sistema municipal, y las pruebas iniciales no revelaron la presencia de sustancias químicas dañinas.
Un hombre de 45 años fue hospitalizado con síntomas similares a la epilepsia y murió el domingo por la noche, dijeron los médicos. Según Prasadini, la autopsia no permitió determinar la causa de muerte.
Con información de The Associated Press.