Afirmó que la pandemia en sí ha perjudicado desde su inicio a la economía de la Basílica a raíz de la reducción notoria de sus visitantes, indicando que las pérdidas ya alcanzan los G. 450 millones. “Nuestros ingresos pues están en las colectas, las alcancías, los baños, las santerías y el mirador. De eso vivíamos y pagábamos los sueldos a los funcionarios”, expuso Benítez en contacto con La Unión.
“Ahora mismo los gastos mensuales que tenemos son de unos G. 80 millones. Tuvimos que apretar cinturones, a muchos funcionarios tuvimos que darles de baja porque nuestros saldos ya no dan”, agregó.
Mencionó que con el actual protocolo el número de personas permitidas dentro de la Basílica de Caacupé es de 100 personas, mientras que fuera de ella, de 150, todas mediante agendamiento previo. Ya a partir del 28 de noviembre, no será permitida la presencia de fieles.