“Panificados no estaba dentro de los productos de la canasta básica. Vendimos entre 20 a 25% menos en panificados y confitería si que estamos como en 50% por debajo”, afirmó Alberto Sborovsky, presidente de CAPASU, en conversación con La Unión.
Explicó que vendieron menos panes porque los clientes preferían comprar productos perecederos.
Lo que sí aseguró que sucedió es que varios negocios que también estaban habilitados para recibir a clientes que pagaban con Pytyvô “se avivaron” y comenzaron a efectivizar ese subsidio, citando como ejemplo que, de los G. 500.000 que acreditaba el Ministerio de Hacienda a los beneficiarios, a estos se les cambiaba a G. 450.000 en efectivo, yendo así el dinero a otros fines que no precisamente eran para lo que había sido creado. Aclaró que esto no ocurrió en supermercados, sino en negocios un tanto menores como autoservicios y minimercados.
Sborovsky realizó estas manifestaciones luego de que el Centro de Propietarios de Panaderías del Paraguay denunciara que el Gobierno conspiró a favor de los empresarios para acabar con sus negocios, apuntando especialmente el destino “favorito” que se le dio al subsidio de emergencia Pytyvô, creado ante la pandemia del COVID-19, ya que los principales lugares donde fueron ejecutadas estas transacciones fueron en supermercados.
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Por otro lado, recordó que, desde el levantamiento de las fases de la cuarentena el pasado 5 de octubre, los niños pueden ingresar nuevamente a los supermercados, de a uno y acompañado por su padre, madre o tutor. “Hasta hoy no hemos tenido reporte de ningún económico”, destacó.