“El único documento que tiene la Fiscalía y en el cual se funda para atribuirle el hecho punible de lavado de dinero es una escritura pública de compra-venta del vehículo, y esa escritura pública tiene datos que excluyen la posibilidad de concluir de que la señora Figueredo conocía lo que la Fiscalía dice que conocía, que es básicamente que ese cheque de US$ 50.000 (por el cual fue comprada la camioneta Mercedes Benz) vino de la empresa ESSA”, explicó Guillermo Duarte Cacavelos, abogado de Friedmann y Figueredo, en conversación con La Unión.
En ese sentido, expuso que la escritura pública establece que el cheque fue entregado en diciembre del 2016, mientras que la escritura pública propiamente tiene fecha de enero del 2017. “No coinciden temporalmente”, argumentó.
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Así mismo, recordó que el cheque solo dice que pertenece al banco Interfisa, no a la empresa Eventos y Servicios SA (ESSA). “Si el acta no dice, si el cheque no estuvo presente al momento de la firma del acta, la pregunta es: ¿de dónde surge la afirmación de que ella conocía que ese cheque provenía de la firma ESSA?”, expuso el abogado, con lo cual aseguró que no existe elemento de convicción sobre el hecho punible, por lo que no corresponde la imputación de Marly Figueredo.
Aseveró que lo que solicitarán al juez del caso que el propio documento que el Ministerio Público utiliza para fundar la sospecha la excluye a sí misma.