Ecuador reportó el miércoles unos 24.675 contagios, de los cuales unas 883 personas han fallecido, mientras que otras 1.357 habrían muerto probablemente por COVID-19. Pero las autoridades han reconocido que el número de muertos sería más alto, especialmente en Guayaquil, la ciudad más afectada por el brote.
“Logramos reducir las atenciones en emergencia, logramos incrementar de 439 a 800 las camas de unidades de cuidados intensivos, se disminuyó ostensiblemente las defunciones y la tendencia de casos confirmados se ha estabilizado”, dijo Moreno en una intervención televisada.
“Hemos atendido la emergencia sanitaria, y lo seguiremos haciendo, pero ahora con mucha más fuerza atenderemos la emergencia humanitaria”, agregó.
Ecuador impuso restricciones de movilidad y un toque de queda desde mediados de marzo, en un intento por contener el virus en su territorio, que ha saturado al sistema de salud pública y, en su pico más alto de contagio, dejó cadáveres por días en los hogares y por horas en las calles.
Moreno anunció que ampliará la cobertura de un plan de entrega de alimentos para beneficiar a más de ocho millones de personas vulnerables y afectadas por los efectos de la pandemia en los próximos dos meses en todo el país.
El Gobierno dispuso la semana pasada un plan para una reactivación paulatina desde el lunes del sector productivo y comercial en base a un “semáforo” que permitirá, de acuerdo a la tendencia de contagios, ir relajando las medidas restrictivas en cada una de las ciudades.
Sin embargo, varias autoridades locales, en especial de Quito y Guayaquil, las ciudades más grandes del país, han dicho que aún no es el momento para abandonar la cuarentena.
Con información de The Associated Press.