González manifestó que la fabricación y entrega de cédulas originales con contenidos falsos se ha constituido en una “práctica normalizada” dentro del Departamento de Identificaciones de la Policía Nacional y la Dirección General de Migraciones, especialmente en zona de fronteras, sobre todo con el Brasil.
En ese sentido, dijo que también tendría que estar involucrada la empresa que fabrica las cédulas, ya que, de acuerdo a la propia Fiscalía, los documentos fueron tramitados por dos mujeres, los cuales luego fueron adulterados para cargar los datos de Ronaldinho y su hermano, Roberto de Assis Moreira.
A propósito, dijo que indefectiblemente, para que se cometan estas irregularidades, “tiene que haber protección, policial, judicial y política”.
“Esto nos puede causar daño como país, más allá de todo lo que se pueda decir del caso”, expresó González en conversación con La Unión.
En ese sentido, también criticó la dejadez de varias instituciones en torno a lo ocurrido, tratando simplemente de “pasarse la pelota”. “En un país serio ameritaría una reunión interinstitucional y multidisciplinaria porque cada institución tiene un circuito de responsabilidad”, aseguró.