“La verdad que es un impacto muy fuerte. Nos duele a todos”, lamentó Diego Ayala, veterinario del Jardín Botánico y Zoológico de Asunción, en contacto con La Unión, mencionando que el fallecimiento ha afectado a todo el personal del predio.
Indicó que desde su llegada a nuestro país, en 1972, la elefanta nunca aceptaba que ser atendida por veterinarios, según le comentaban cuidadores del Zoológico. Sin embargo, Ayala aseveró que “dije iba a vencer eso y de a poco me gané su confianza”. “Trabajamos mucho en su adiestramiento, rompimos muchas barreras para lograr un acercamiento para su alimentación y cuidado. Fue una experiencia muy linda haber trabajado con ella”, añadió el profesional.
Indicó que desde octubre pasado la salud de la elefanta era vigilada debido a que ya no le quedaba mucho tiempo de vida, según estudios, por lo cual se dedicó a cuidarla para que viva bien sus últimos días, afirmando también que la elefanta sufría de artrosis.
El animal fue enterrado en el mismo predio donde vivió casi toda su vida.