“Apenas le vimos, le pasamos el paquete de chipa y entre risas (el Papa) pidió a sus guardias que se lo guarden porque era para acompañar con su mate”, expresó muy emocionada Jessica Portillo, que viajó a Italia junto a su marido, Luis Vargas, en comunicación con La Unión.
Explicó que viajaron para un congreso de música sacra que se realizó en el Vaticano, aclarando que no estaba prevista la audiencia con el Papa Francisco en la bendición a los matrimonios, donde, finalmente, se encontraron y le hicieron entrega del regalo.
Calificó el episodio como una experiencia inexplicable. “Ese sentimiento de poder verle, sentirle y escuchar sus palabras con el mensaje siempre muy profundo ‘Recen por mí’… Es algo que no tiene explicación”, aseveró Jessica.
Comentó que se casaron la semana pasada en la iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de Asunción, y que desde el 4 de noviembre se hallan en Roma.