“Somos una familia muy católica, muy creyente, por eso ayer se realizó una misa por la liberación de mi papá”, expresó Liliana Urbieta, hija de Félix Urbieta, en diálogo con La Unión.
En ese sentido, afirmó que quien más extraña a don Félix es su esposa, ya que “desde siempre fue su compañero de lucha”. “Le cuesta el día a día, no solo a ella, sino para todos nosotros”, lamentó la joven.
“Seguimos esperando esa comunicación para poder reiniciar las negociaciones”, añadió, afirmando que, para ello, esperan la entrega de una prueba de vida.
Urbieta fue llevado por el EML, liderado por el ex EPP Alejandro Ramos, el 12 de octubre de 2016, cuando desconocidos atropellaron en su estancia ubicada en Belén, Departamento de Concepción.
Aunque inicialmente los criminales habían exigido US$ 500.000 para liberar a Félix Urbieta, luego el monto bajó a US$ 350.000, luego de enviar a la familia un video de corta duración como prueba de vida, después suspendieron toda comunicación.